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la noche de la Cena, uno fue que este amor lo había adquirido por el que Me tenía, y que Judas había caído por haber despreciado la piedad que Yo mostré con él…»7 He ahí un pensamiento muy fuerte: el camino de la virtud y de la santidad, se reduce, en cierto modo, en recurrir a María, Medianera de todas las gracias intercediendo por nosotros. El alma que vive habitualmente con disposiciones de entrega y de confianza absoluta a María, es enseñada maravillosamente por esta misma Madre bondadosa. Sin darse cuenta, llegará el momento en que verán todas sus ideas cambiarse, entenderán cosas que antes estaban oscuras. «No sé qué ha pasado», se dirán a sí mismos. Transformaciones interiores se operarán misteriosamente, hasta durante el sueño. Las operaciones de Dios en las almas son bien misteriosas… ¿Cómo es que a veces, de un día para el otro, sus ideas cambian, sus gustos por las cosas terrenales, carnales, se desvanecen y quedan reemplazados por una atracción hacia la virtud y las cosas santas? Es obra de la gracia. 12 MARÍA, LA VÍA RÁPIDA ————— 7. La Ciudad Mística de Dios, Tomo VI, cap. 5, No1097

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