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Mediadora entre Jesús y los hombres. Sería totalmente erróneo de pensar que la devoción hacia la Virgen María nos va a alejar de Jesucristo o atrasar nuestra unión con Él. Muy al contrario. La Santísima Virgen no quiere acapararnos, impedirnos de ir a Dios. Su deseo como Su papel es de llevarnos rápidamente a Dios. En eso consiste toda Su dicha y Su razón de ser. No hay, pues, ningún peligro en recurrir constantemente a Ella, porque Se encargará personalmente de llevarnos a Su Hijo, sin desvío. Ella es el camino más corto para unirnos a Dios. Ni siquiera me atrevo a decirles todo sobre este punto… Tengo miedo de que eso pudiera incitarlos a ser perezosos… Me limitaré diciendo que al final de la cuenta, Dios sólo nos pide darnos la molestia de venir a buscar Sus gracias y ponernos en las disposiciones para que sean eficaces. Estas disposiciones se consiguen también por la oración. Si pedimos sin cesar: «Dios mío, dadme Vuestra gracia, dadme las disposiciones que me merecerán esta gracia, dadme la gracia de la fidelidad a la gracia…», entonces Dios queda atrapado para así decirlo. ¿ATAJO O DESVÍO? 17

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