Seamos como niños pequeños entre las manos de la Santísima Virgen María. Permanezcamos en la simplicidad y la humildad; así se cumplirá la obra de Dios en nuestras almas. Sin Mí no podéis hacer nada,3 dice Nuestro Señor. Pero con la ayuda de María, es la fuerza, el poder, la santidad de Dios mismo que actuarán en nosotros. Estaremos bajo el dominio de Dios, seremos Sus pequeños instrumentos, como el artefacto de radio que se escucha no es otra cosa si no el instrumento transmitiendo la voz del que habla por el micrófono. Si estamos sincronizados con Dios, es decir, si estamos en armonía con Él, unidos a Él, llegaremos a ser estas pequeñas bocinas habilitadas para transmitir Su palabra. Es la Santísima Virgen que nos hará sumisos, dóciles, conformes a todas las voluntades divinas. Nos inspirará lo que debemos hacer. Ella nos guiará y hablará a nuestra alma: «Hijo Mío, no, no hagas tal cosa… Sí, haz tal cosa.» 6 MARÍA, LA VÍA RÁPIDA —————— 3. San Juan 15, 5
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