¡Para la preservación del Depósito de la Fe!

¡Para que venga el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene como fin particular la conservación del Depósito de la Fe mediante la enseñanza religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «un baluarte ante la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Las historias más bellas...

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    Mientras el joven era conducido al lugar de suplicio fuera de la ciudad, su madre, temiendo que no completara su glorioso sacrificio, le gritó desde las murallas: «Hijo mío, acuérdate del Dios vivo; ármate de constancia y fortaleza; eleva tu corazón a lo alto, y mira a Aquel que reina en el cielo.»

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    historia0909-El novelista y los galeotes

    Estamos aquí sólo para haber practicado sus lecciones, y para haberlas practicado con dos o tres personas; pero ¿no ha corrompido usted a miles de jóvenes? y el contagio que ha propagado, ¿no hace nuevas víctimas cada día?

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    historia0114-El niño obediente.

    En apariencia, los mártires son derrotados porque perdieron la vida cuando podían haberla salvado pisoteando la ley de Dios; en realidad, son héroes y, por tanto, vencedores, que llevan con razón la palma del triunfo.

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    historia0701-Los maravillos frutos de un buen libro

    Cuando la cena no estaba lista, el magistrado se enfadó con su mujer. Para calmarle y hacerle tener paciencia, ella le ofrece un libro para que lo lea. El magistrado se enfada aún más, tira el libro al suelo y arremete contra todos los presentes.

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    Ver también

    Señal de la Cruz

    En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

    Oración preparatoria

    ¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
    Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

    Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.