¡Para la preservación del Depósito de la Fe!

¡Para que venga el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene como fin particular la conservación del Depósito de la Fe mediante la enseñanza religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «un baluarte ante la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Oración por los muertos

Es el deber de todo cristiano ofrecer oraciones y sufragios por el eterno descanso de las almas de aquellos que han muerto.
Desde el profundo abismo de mis males, yo Os invoqué, Dios mio, y dije: Señor, atended a mis clamores: Inclinad Vuestros oidos a la voz de mi oración. Es verdad, que si miráseis al número de los pecados y a su gravedad, nadie podría comparecer en Vuestra presencia. Pero sois un Dios clemente; y apoyado en Vuestras promesas infalibles, me alienta la esperanza del perdón. Mi alma descansa en Vuestra palabra santa, y confía encontrar en Vos la salud apetecida. Desde la aurora hasta al caer el sol, espere en el Señor Su pueblo de Israel. Porque en Él está la misericordia, y la abundancia de bienes para la redención. Y Él mismo será el que librará á Israel de todos sus pecados. V/ Señor, dadles el descanso eterno. R/ Y brille para ellos la luz eterna. V/ Que descansen en paz. R/ Amén. V/ Señor, atended a mi oración. R/ Y lleguen mis clamores hasta Vos. V/ El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. OREMOS, Señor Dios, Criador y Redentor de todos Vuestros fieles: conceded á las almas de Vuestros siervos, el perdón de todos sus pecados; a fin de que por nuestros piadosos ruegos, alcancen de Vos la indulgencia que siempre esperado de Vuestra misericordia. Hacedlo, Señor Jesucristo, Vos que vivis y reinais con Dios Padre y el Espíritu santo, por los siglos de los siglos. Amén.

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.