Para pedir a San José la gracia de no separarnos nunca de Jesús y María
Perder la gracia de Dios es la mayor desgracia que nos puede ocurrir. Pidamos a San José la gracia de vivir siempre en el favor de Jesús y María.
¡Mi santo protector! Por tu pronta y continua obediencia a la Voluntad de Dios, obténme de tu Jesús la gracia de obedecer perfectamente Sus divinos preceptos. Obtén para mí en mi viaje a la eternidad, en medio de tantos enemigos, la gracia de no perder nunca la compañía de Jesús y María hasta mi último aliento: en esa compañía todos los dolores de esta vida y muerte misma serán dulces y preciosos para mí. Amén.
