¡Para la preservación del Depósito de la Fe!

¡Para que venga el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene como fin particular la conservación del Depósito de la Fe mediante la enseñanza religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «un baluarte ante la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Abandono a la Voluntad de Dios

Esta sublime oración fue compuesta por Madame Isabel de Francia (1764-1794), hermana del Rey Luis XVI, en la prisión del Templo algún tiempo antes de ser guillotinada.
¿Qué me pasará hoy, Dios mío? No lo sé. Todo lo que sé es que no me pasará nada que no hayas previsto, establecido y ordenado desde toda la eternidad. Eso es suficiente para mí, ¡oh Dios mío! Es suficiente para mí. Adoro Tus eternos e impenetrables designios, y me someto a ellos con todo mi corazón por Tu amor. Lo quiero todo, lo acepto todo, hago un sacrificio de todo a Ti, y uno este sacrificio con el de Jesucristo, mi divino Salvador. Te pido, en Su nombre y por Sus infinitos méritos, paciencia en mis penas y la perfecta sumisión que Te debemos por todo lo que quieres o permites. Amén.

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.