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«No se pueden contar, dice la Santísima Virgen, los que he rescatado del dragón infernal por haber tenido devoción hacia Mí, aun cuando no había sido más que rezar un Ave María, o pronunciar una sola palabra para honrarme o invocarme. Tan grande es Mi caridad por ellos que si Me invocarían a tiempo y de todo corazón, ninguno perecería…»6 El gran secreto Si la Santísima Virgen es tan sensible para tan pobre devoción, podemos fácilmente imaginar las maravillas que obrará en favor de los que se abandonan a Ella sin reserva y La invocan sin cesar, como Ella nos pide hacer. Este abandono entre las manos de María es la maravilla de las maravillas. No lograba captarlo pero la Santísima Virgen me lo hizo entender. «Allí está todo el secreto», dijo Ella. El secreto es de renovar esta entrega completa entre Sus manos, con una fe absoluta. Cuanto más grande será nuestra fe en la Santísima Vir10 MARÍA, LA VÍA RÁPIDA ————— 6. La Ciudad Mística de Dios, Tomo VII, cap. 15, No 301

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