Súplica a Nuestra Señora del Carmen
para los tiempos difíciles
Oh Virgen del Carmen, oh Madre mía,
Tengo mil dificultades: ayudadme.
De los enemigos de mi alma: salvadme.
En mis errores: iluminadme.
En mis dudas y penas: confortadme.
En mis debilidades: fortalecedme.
Cuando me desprecien: animadme.
En las tentaciones: defendedme.
En los momentos difíciles: consoladme.
Con Vuestro corazón maternal: amadme.
Con Vuestro inmenso poder: protegedme.
Y en Vuestros brazos cuando muera: recibidme.
Virgen del Carmen, rogad por nosotros.
Amén.
A la Virgen del Carmen
para confiarle todas nuestras necesidades
Oh
Virgen
María,
Madre
de
Dios
y
Madre
de
los
pecadores
y
especial
protectora
de
los
que
Os
aman,
Vos
a
quien
la
Divina
Majestad
ha
engrandecido
eligiéndoos
como
Su
verdadera
Madre,
Os
ruego
que
me
obtengáis
de
Vuestro
amado
Hijo
el
perdón
de
mis
pecados,
la
enmienda
de
mi
vida,
la
salvación
de
mi
alma,
el
remedio
de
mis
necesidades,
el
consuelo
de
mis
aflicciones
y
la
gracia
especial
que
hoy
Os
pido,
si
conviene
al
mayor
honor
de
Dios
y
a
Su
mayor
gloria,
así
como
al
bien
de
mi
alma.
Confiando
en
Vuestro
amor
y
en
Vuestra
poderosa
intercesión, estoy seguro de que me será concedida.
Quisiera
tener
el
espíritu
de
todos
los
ángeles,
de
los
Santos
y
de
los
justos
para
poder
alabaros
dignamente,
y
uniendo
mi
voz
a
sus
afectos,
Os
saludo
mil
veces
diciendo:
(Tres
Avemarías).
Santísima
Virgen
del
Carmen,
deseo
que
todos,
sin
excepción,
se
cobijen
bajo
la
sombra
protectora
de
Vuestro
santo
Escapulario
y
que
todos
estén
unidos
a
Vos,
Madre
mía,
por
los
estrechos y afectuosos lazos de esta querida insignia.
¡Oh
Reina
del
Carmelo!
Miradnos,
postrados
en
reverencia
ante
Vuestra
sagrada
imagen,
y
concedednos
Vuestra
amorosa
protección.
Os
encomiendo
las
intenciones
del
Padre
de
la
Cristiandad
y
de
la
Iglesia
Católica,
nuestra
Madre,
así
como
las
necesidades
de
mi
nación
y
las
del
mundo
entero,
las
mías
propias y las de mis parientes y amigos.
Mirad
con
ojos
compasivos
a
tantos
pobres
pecadores,
herejes
A Nuestra Señora del Carmen
para pedir Su protección
¡Oh
Santísima
e
Inmaculada
Virgen
María,
Reina
y
Gloria
del
Carmelo!
Vos
miráis
con
especial
bondad
a
los
que
visten
Vuestro
santo
hábito:
dignaos
también
dirigir
sobre
mí
una
mirada
favorable
y
cubridme
con
el
manto
de
Vuestra
maternal
protección.
Fortaleced
con
Vuestro
poder
mi
debilidad;
iluminad
con
Vuestra
sabiduría
las
tinieblas
de
mi
espíritu;
aumentad
en
mí
la
fe,
la
esperanza
y
la
caridad.
Adornad
mi
alma
con
gracias
y
virtudes,
para
que
sea
siempre
objeto
de
amor
a
Vuestro
divino
Hijo
y
a
Vos.
Asistidme
en
la
vida,
consoladme
en
la
muerte
por
Vuestra
Presencia
amorosísima,
y
presentadme
a
la
augusta
Trinidad,
como
hijo
Vuestro
y
devoto
servidor
Vuestro,
para
alabaros
y
bendeciros
eternamente en el paraíso. Amén.