«Contemplen a Jesús. Que su oración sea en compañía del Evangelio. Estudia a Jesús para que sean imbuidos, llenos de Su pensamiento, Sus sentimientos, Su voluntad. Si Dios reina en vosotros, infaliblemente este Reino de Dios se establece sobre toda la tierra.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«Cantar himnos se convierte en una oración. Hay muchos himnos hermosos, pero los himnos de Navidad son realmente sublimes. Hay tantas verdades mencionadas en estos himnos. Se puede leer allí las razones por las cuales Jesús bajó a la tierra.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«En Su Pasión, Jesús Se entrega por mí. Muere en una cruz para demostrar que me ama y me pregunta: ¿Me amas? ¿He hecho lo suficiente para ganarme tu amor por Mi? -Sí, Jesús mío! Te quiero como esperas, ¡Te quiero de verdad! ¡Tenga piedad de mí!...» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«El Rosario es una oración admirable, pedida por la misma Virgen: lo decimos precisamente para obtener la gracia de agradar a Dios, para meditar sobre la vida de Jesús y María, para aprender a conformar nuestra vida a la de Ellos, para asemejarnos a Ellos, para imitarlos. Este es el propósito de recitar el Rosario.» (Padre Juan Gregorio de la Trinidad)
«Rezad sin cesar, nos dice Jesús. Debemos rezar sin cansarnos, para que Dios nos eleve, nos transforme, nos transfigure. Dios quiere divinizarnos: es un empeño imposible para el hombre. Pero Dios puede hacerlo. Lo hace cuando rezamos, cuando rezamos sin cesar.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«Todos los Santos contemplaron la Pasión de Jesús. Jesús nos dijo aquí muchas veces: "Hijos Míos, contemplad Mi Pasión, contemplad Mis dolores y no seréis tan cobardes. De aquí sacaron su fuerza todos Mis Santos. Contemplaron Mi Pasión..."» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«Contemplamos a Jesús en todos los misterios de Su vida. Obró nuestra salvación en la cruz, en la cruz ignominiosa, en la cruz despreciable, en la cruz que rechaza, en la cruz que humilla, en la cruz que hiere, en la cruz incomprensible.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«Contemplen, mediten, profundicen este gran misterio de la cruz. Háganlo el objeto de su estudio. Sobre todo, abran su corazón a este gran misterio. Meditadlo bajo la mirada de Dios mientras contempláis a Su Hijo Jesús que vino a esta tierra para salvarnos por la cruz.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«El alma que suele vivir en la disposición de la entrega total y la confianza en María es maravillosamente instruida por esta buena Madre. Seamos niños pequeños en las manos de la Santísima Virgen María. Seamos sencillos y humildes, así es como se realizará la obra de Dios en nuestras almas.» (Padre Juan Gregorio de la Trinidad)
«El camino del amor es un camino de sufrimiento. Debemos rezar el uno por el otro para que el amor de la cruz entre en la vida de cada uno. No se concede esta gracia a uno mismo. Hay que pedírselo a Dios, sobre todo para el prójimo. Para que la cruz se convierta en la luz de su vida, primero debe aceptarla con amor.» (Padre Mathurin de la Madre de Dios)
«Este drama de la Redención es algo que debemos considerar cada día de nuestras vidas, no sólo durante la Cuaresma o la Semana Santa, sino que cada día debemos meditar sobre lo que nuestro Salvador ha hecho por nosotros.» (Padre Juan Gregorio de la Trinidad)