Letanías del amor de Dios

No hay nada más natural para el hombre que amar, nada que cueste menos, nada que pueda hacerse más fácilmente. Los verdaderos objetos del amor son la bondad y la belleza, los dos encantos más poderosos del corazón humano. Dios es bondad infinita, belleza en esencia; Él es el centro y el abismo de toda bondad y belleza concebibles; no hay, pues, nada más digno del hombre, más dulce para su corazón, más conforme con su naturaleza que amar a Dios. Señor, tened piedad de nosotros. / Señor, tened piedad de nosotros. Jesucristo, tened piedad de nosotros. / Jesucristo, tened piedad de nosotros. Señor, tened piedad de nosotros. / Señor, tened piedad de nosotros. Jesucristo, escuchadnos. / Jesucristo, escuchadnos. Jesucristo, oyednos. / Jesucristo, oyednos. Padre celestial, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Hijo, Redentor del mundo, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Espíritu Santo, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, / tened piedad de nosotros. Dios, Vos sois el amor infinito, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, Vos nos habéis amado desde la eternidad, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, que nos habéis ordenado amaros, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, que nos habéis amado hasta darnos a Vuestro Hijo, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Con toda nuestra alma, con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón, ¡Os amamos, oh Dios mío! Con todas nuestras fuerzas y facultades, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los bienes y honores, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los placeres y alegrías de este mundo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que a nuestros conocidos y nuestros amigos, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que nuestros parientes y que nosotros mismos, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los hombres y todos los Ángeles, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todo lo que existe en la tierra y en el Cielo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Únicamente por Vos solo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois el bien soberano, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois infinitamente perfecto, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois digno de amor infinito, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque no nos hubierais prometido el Cielo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque no nos hubierais amenazado con el infierno, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque Vos nos enviéis cruces, pruebas y tribulaciones, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la pobreza como en la abundancia, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la felicidad o en la desgracia, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En el honor o en el desprecio, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la alegría y en la tristeza, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la salud y en la enfermedad, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la vida y en la muerte, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En el tiempo y en la eternidad, Os amaremos siempre, oh mi Dios. ¡Que nuestro amor sea como el de los Querubines y Serafines! Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que nuestro amor se fortalezca con el de todos Vuestros Elegidos del Cielo. Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que Os amemos con un amor tan puro como aquel con el que Os amó la Santísima Virgen, Vuestra Madre. Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que nuestro amor se inflame con el amor infinito con el que Vos nos amáis, ¡y nos amaréis por toda la eternidad! Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, perdonadnos, Señor. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, escuchadnos, Señor. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, tened piedad de nosotros, Señor. Jesucristo, escuchadnos. Jesucristo, oyednos. Oremos. Oh Dios, que poseéis en grado infinito todo lo que es amable y perfecto, y que sois la perfección misma, destruid y arrancad de nuestros corazones todo sentimiento y afecto que sea contrario al amor que Os debemos; inflamadnos de un amor tan puro y ardiente que no amemos otra cosa que a Vos, en Vos y por Vos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Letanías del amor de Dios

No hay nada más natural para el hombre que amar, nada que cueste menos, nada que pueda hacerse más fácilmente. Los verdaderos objetos del amor son la bondad y la belleza, los dos encantos más poderosos del corazón humano. Dios es bondad infinita, belleza en esencia; Él es el centro y el abismo de toda bondad y belleza concebibles; no hay, pues, nada más digno del hombre, más dulce para su corazón, más conforme con su naturaleza que amar a Dios. Señor, tened piedad de nosotros. / Señor, tened piedad de nosotros. Jesucristo, tened piedad de nosotros. / Jesucristo, tened piedad de nosotros. Señor, tened piedad de nosotros. / Señor, tened piedad de nosotros. Jesucristo, escuchadnos. / Jesucristo, escuchadnos. Jesucristo, oyednos. / Jesucristo, oyednos. Padre celestial, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Hijo, Redentor del mundo, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Espíritu Santo, que sois Dios, / tened piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, / tened piedad de nosotros. Dios, Vos sois el amor infinito, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, Vos nos habéis amado desde la eternidad, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, que nos habéis ordenado amaros, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Dios, que nos habéis amado hasta darnos a Vuestro Hijo, Os amamos con todo nuestro corazón, ¡oh Dios mío! Con toda nuestra alma, con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón, ¡Os amamos, oh Dios mío! Con todas nuestras fuerzas y facultades, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los bienes y honores, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los placeres y alegrías de este mundo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que a nuestros conocidos y nuestros amigos, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que nuestros parientes y que nosotros mismos, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todos los hombres y todos los Ángeles, ¡Os amamos, oh Dios mío! Más que todo lo que existe en la tierra y en el Cielo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Únicamente por Vos solo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois el bien soberano, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois infinitamente perfecto, ¡Os amamos, oh Dios mío! Porque Vos sois digno de amor infinito, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque no nos hubierais prometido el Cielo, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque no nos hubierais amenazado con el infierno, ¡Os amamos, oh Dios mío! Aunque Vos nos enviéis cruces, pruebas y tribulaciones, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la pobreza como en la abundancia, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la felicidad o en la desgracia, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En el honor o en el desprecio, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la alegría y en la tristeza, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la salud y en la enfermedad, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En la vida y en la muerte, Os amaremos siempre, oh mi Dios. En el tiempo y en la eternidad, Os amaremos siempre, oh mi Dios. ¡Que nuestro amor sea como el de los Querubines y Serafines! Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que nuestro amor se fortalezca con el de todos Vuestros Elegidos del Cielo. Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que Os amemos con un amor tan puro como aquel con el que Os amó la Santísima Virgen, Vuestra Madre. Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Que nuestro amor se inflame con el amor infinito con el que Vos nos amáis, ¡y nos amaréis por toda la eternidad! Ese es nuestro deseo más querido, oh Dios mío. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, perdonadnos, Señor. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, escuchadnos, Señor. Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, Por Vuestro santo amor, tened piedad de nosotros, Señor. Jesucristo, escuchadnos. Jesucristo, oyednos. Oremos. Oh Dios, que poseéis en grado infinito todo lo que es amable y perfecto, y que sois la perfección misma, destruid y arrancad de nuestros corazones todo sentimiento y afecto que sea contrario al amor que Os debemos; inflamadnos de un amor tan puro y ardiente que no amemos otra cosa que a Vos, en Vos y por Vos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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