«Debemos rezar mucho a la Santísima Virgen María, la
Inmaculada Concepción, cuya misión es aplastar la cabeza de
la serpiente. Satanás se asusta ante la sola mención de la
Inmaculada Concepción. En cuanto las cosas no vayan bien,
en cuanto sientas un mal humor, una revuelta en tu interior,
di: Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que
recurrimos a Vos. También debemos invocar a la Santísima
Virgen bajo el título de Reina de los Ejércitos Celestiales: Oh
María, Generalísima de los Ejércitos Celestiales,
protegednos.»
Padre Juan Gregorio de la Trinidad
Aquí estoy a Vuestros sagrados pies, oh Virgen Inmaculada; me
alegro mucho con Vos de haber sido elegida desde toda la
eternidad para ser la Madre del Verbo eterno, y preservada de la
mancha original. Doy gracias y bendigo a la Santísima Trinidad, que
Os enriqueció con estos gloriosos privilegios el día de Vuestra
Concepción; y Os ruego humildemente que me obtengáis la gracia
de triunfar sobre los tristes efectos que el pecado original ha
producido en mí. Que, por Vuestra intercesión, lo consiga y no deje
nunca de amar a mi Dios.
3 Ave María…
¡Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María!