Oraciones para una buena muerte
Para los difuntos
Para las almas del Purgatorio
Suplicaciones para las almas del purgatorio
Oh,
dulce
Jesús,
por
el
sudor
de
sangre
que
habéis
experimentado
en
el
jardín
de
Getsemaní,
tened
piedad
de
estas almas benditas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
los
dolores
que
habéis
sufrido
en
Vuestra
cruel
flagelación,
tened
piedad
de
estas
almas
benditas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
los
dolores
que
habéis
sufrido
en
Vuestra
dolorosa
corona
de
espinas,
tened
piedad
de
estas
almas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
los
dolores
que
habéis
sufrido
llevando
Vuestra cruz al calvario, tened piedad de estas almas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
los
dolores
que
habéis
sufrido
en
Vuestra muy cruel crucifixión, tened piedad de estas almas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
los
dolores
que
habéis
sufrido
en
Vuestra
muy
amarga
agonía
en
la
Cruz,
tened
piedad
de
estas almas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
Oh,
dulce
Jesús,
por
el
inmenso
dolor
que
habéis
sufrido…
rindiendo
Vuestra
alma
bendecida,
tened
piedad
de
estas
almas.
Tened piedad, Señor, tened piedad.
De profundis – Desde el fondo del abismo
Desde
el
fondo
del
abismo
clamé
a
Vos,
Señor;
Señor,
escuchad mi voz.
Preste atención Vuestro oído a la voz de mi oración.
Si
consideráis
nuestras
iniquidades,
Señor,
¿quién
subsistirá
en Vuestra presencia?
Pero
Vos
estáis
lleno
de
misericordia,
y
el
recuerdo
de
Vuestra ley me da confianza.
Mi
alma
espera,
sostenida
por
Vuestra
palabra;
mi
alma
ha
puesto su confianza en Dios.
Desde
el
despuntar
el
día
hasta
la
noche,
espera
Israel
en
el
Señor.
Porque
el
Señor
está
lleno
de
misericordia,
y
se
encuentra
en Él una abundante redención.
Él redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
Dadles, Señor, el descanso eterno.
Y brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amén.
Señor, oíd mi oración.
Y llegue hasta Vos mi clamor.
Oremos.
–
Oh
Dios,
Creador
y
Redentor
de
todos
los
fieles:
conceded
a
las
almas
de
Vuestros
siervos
y
de
Vuestras
siervas
la
remisión
de
todos
sus
pecados,
a
fin
de
que
obtengan
por
nuestras
humildes
oraciones
el
perdón
que
siempre
han
esperado
de
Vuestra
misericordia.
Vos
que,
siendo
Dios,
vivís
y
reináis
con
Dios
Padre,
en
unidad
del
Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Para los fieles difuntos
Oración de la Iglesia
Oh
Dios,
que
amáis
perdonar
a
los
hombres
y
salvarlos,
rogamos
Vuestra
misericordia,
por
la
intercesión
de
la
siempre
Virgen
María
y
de
todos
los
Santos.
Que
todos
los
que
han
salido
de
este
mundo,
especialmente
nuestros
padres
y
benefactores,
sean
admitidos
a
la
participación
de
la
beatitud
eterna.
Pedimos
esto
a
través
de
Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
Oración universal
Derramad,
Señor,
Vuestras
bendiciones
sobre
el
Padre
de
la
Cristiandad,
sobre
mis
padres,
mis
benefactores,
mis amigos y mis enemigos.
Proteged
a
todos
aquellos
que
me
habéis
dado
como
maestros, tanto espirituales como temporales.
Ayudad
a
los
pobres,
los
prisioneros,
los
afligidos,
los
viajeros, los enfermos y los moribundos.
Convertid
a
los
herejes
e
iluminad
a
los
infieles.
Dios
de
bondad
y
misericordia,
tened
piedad
también
de
las
almas de los fieles que están en el purgatorio.
Poned
fin
a
sus
sufrimientos,
y
dad
a
aquellos
por
los
que
estoy
obligado
a
rezar,
descanso
y
luz
eterna.
Amén.
Abandono a la Voluntad de Dios
compuesto por la Sra. Isabel de Francia en la prisión del Templo,
poco antes de ser guillotinada.
¿Qué
me
pasará
hoy,
Dios
mío?
No
lo
sé.
Todo
lo
que
sé
es
que
no
me
pasará
nada
que
no
habéis
previsto,
establecido
y
ordenado
desde
toda
la
eternidad.
Eso
es
suficiente
para
mí,
¡oh
Dios
mío!
Es
suficiente
para
mí.
Adoro
Vuestros
eternos
e
impenetrables
designios,
y
me
someto
a
ellos
con
todo
mi
corazón
por
Vuestro
amor.
Lo
quiero
todo,
lo
acepto
todo,
hago
un
sacrificio
de
todo
a
Vos,
y
uno
este
sacrificio
con
el
de
Jesucristo,
mi
divino
Salvador.
Os
pido,
en
Su
nombre
y
por
Sus
infinitos
méritos,
paciencia
en
mis
penas
y
la
perfecta
sumisión
que
Os
debemos
por
todo
lo
que
queréis
o
permitáis. Amén.
Aceptación de la muerte
Señor,
Dios
mío,
desde
hoy
acepto
de
Vuestra
mano,
con
resignación
y
de
todo
corazón,
el
tipo
de
muerte
que
Vos
queráis
enviarme,
con
todo
su
dolor,
angustia
y sufrimiento.
Para pedir la resignación que obtiene el Cielo
por Padre Tomás de Jesús
Oh
Santísima
Madre
de
Dios,
Reina
de
los
Ángeles,
Estrella
del
Mar,
Refugio
de
los
Pecadores,
que
con
gran
dolor
viste
morir
a
Aquel
a
quien
habíais
dado
vida,
y
que
esperó
con
firme
fe
y
segura
esperanza
el
momento
de
Su
resurrección,
concededme
que
sea
crucificado
con
Él,
que
me reciba entre Su pueblo, que muera, viva y reine con Él.
Oh
Santos
del
Paraíso,
que
hoy
contempláis
a
este
Cordero
divino,
glorioso,
impasible,
inmortal,
y
que
Lo
poseéis
con
la
seguridad
de
no
perderlo
nunca,
poned
vuestros
ojos
en
mí,
tened
piedad
de
este
pobre
destierro,
obtened
para
él
la
gracia
de
ser
crucificado
en
la
tierra
con
Jesucristo,
y
de
ser coronado por Él en el Cielo. Amén.
Para pedir una buena muerte
por San Alfonso Ligorio
Oh
María,
Soberana
mía,
Madre
mía,
por
los
méritos
del
dolor
que
habéis
sufrido
cuando
habéis
visto,
ante
Vuestros
ojos,
a
Vuestro
Hijo
soportar
tan
crueles
sufrimientos,
inclinando
la
cabeza
y
exhalando
en
la
Cruz,
Os
ruego
que
me
consigáis
una
buena muerte. Amén.
Acto de contrición
Dios
mío,
me
pesa
de
todo
corazón
haberos
ofendido,
porque
sois
infinitamente
bueno,
infinitamente
amable,
y
Os
disgusta
el
pecado.
Perdonadme
por
los
méritos
de
Jesucristo,
mi
Salvador;
propongo,
mediante
Vuestra
santa gracia, no ofenderos más y hacer penitencia.
Para prepararse a morir bien
Dios
mío,
sé
que
voy
a
morir;
tal
vez
me
queden
pocos
momentos
de
vida.
Tal
vez
no
pueda
salir
del
lecho
en
que
yazgo
esta
noche;
por
eso,
Vos
me
advirtáis
que
entre
en
él
como
en
mi
tumba.
Sé,
Señor,
que
en
la
hora
de
mi
muerte
quisiera
haber
vivido
sin
pecado
y
haberos
amado
siempre.
Ponedme desde ahora en estas santas disposiciones.
Sí,
Dios
mío,
odio
el
pecado,
creo
todo
lo
que
me
enseña
la
Iglesia,
pongo
en
Vos
toda
mi
esperanza,
quiero
vivir
y
morir
en
Vuestro
amor.
Os
entrego
mi
alma
que
tanto
Os
ha
costado,
oh
Dios
mío.
No
permitáis
que
la
Sangre
preciosa
que
habéis
derramado por ella sea en vano.
Virgen
Santa,
Madre
de
mi
Dios,
Madre
y
Patrona
mía,
mi
buen
Ángel
de
la
Guarda,
mi
santo
Patrono,
todos
los
Santos
del
Cielo,
interceded
por
mí,
rogad
por
mí,
durante
esta
noche,
todos
los
días
de
mi
vida
y
especialmente
en
la
hora
de
mi
muerte. Amén.