Al Padre Eterno
en tiempos de calamidades
por la Beata Melania Calvat,
mensajera de Nuestra Señora de La Salette
P
adre
Eterno,
¡contemplad
a
Vuestro
Hijo
Jesucristo
crucificado
por
nosotros!
En
Su
nombre
y
por
Sus
méritos,
tened
misericordia
de
nosotros
pobres
pecadores,
porque
nos
arrepentimos
y
nos
volvemos
a
Vuestra
infinita
misericordia.
Dejad
que
Le
toquemos,
tenga
piedad
de
nosotros
que
somos
Vuestra
herencia.
No
violéis,
Señor,
el
pacto
que
habéis
hecho:
de
conceder
la
oración
que
Vuestros
hijos Os hacen.
Es
cierto
que
por
nuestras
grandes
iniquidades
hemos
ofendido
Vuestra
Justicia,
pero
Vos,
Dios
mío,
que
estáis
bueno
por
naturaleza,
dejad
que
brille
la
grandeza
de
Vuestra
infinita
misericordia.
Señor,
si
Os
acordáis
de
nuestras
iniquidades,
¿quién
podrá
permanecer
ante
Vos?
Señor,
confesamos
que
somos
muy
culpables
y
que
son
nuestros
pecados
los
que
nos
han
traído
estas
plagas.
Pero
Vos,
Señor,
que
habéis
querido
que
cada
día
Os
llamemos
Padre
Nuestro,
mirad
ahora
la
gran
aflicción
de
Vuestros hijos, y libradnos de tan grandes aflicciones.
Oh,
tened
piedad,
oh
Dios
mío,
por
los
méritos
de
Jesucristo,
tened
piedad
por
el
amor
que
Os
tenéis
a
Vos
mismo;
por
el
amor
de
la
Virgen
María
«nuestra
Madre»,
¡perdonadnos!
Recordad,
oh
Señor,
que
somos
llamados
Vuestro
pueblo,
tened
piedad
de
la
locura
humana.
¡Enviad
un
rayo
de
Vuestra
luz
divina
que
disipe
las
tinieblas
de
nuestra
inteligencia,
y
que
nuestra
alma
enmendada
cambie
sus
caminos
y
no
sature
más
de
amargura
el
Corazón
de
su
Dios!
Señor,
solo
la
mano
de
Vuestra
infinita
misericordia
puede
salvarnos
de
tantos
castigos.
Señor,
estamos
embriagados
de
aflicciones
internas
y
externas,
¡tened
piedad
de
nosotros!
Apartad,
Señor,
Vuestro
rostro
de
nuestros
pecados
y
mirad
a
Jesucristo
que
Os
ha
dado
satisfacción
sufriendo
y
muriendo
por
nosotros,
¡Él
es
Vuestro
Hijo!
Y
así
celebraremos
Vuestra
infinita
misericordia.
¡Deprisa,
escuchadnos,
Señor,
de
lo
contrario
nuestro
valor
se
verá
muy
disminuido,
ya
que
hemos
caído
en
un
estado
tan
miserable!
Rápido,
Señor,
dejadnos
sentir
Vuestra
misericordia,
porque
sólo
esperamos
en
Vos,
que
estáis
nuestro
Padre,
nuestro
Creador,
y
que
debeis
preservar
y
salvar
a
los
que
son
Vuestros para siempre.