Este artículo también está disponible en: Français English Italiano
Método para rezar el santo Rosario con frutos
por San Luis María de Montfort
Oraciones antes del Rosario
- Se hace piadosamente la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.
- Ofrenda del Rosario
¡Oh, dulcísimo Jesús, Dios de toda consolación! Consueláis los dolores de los pobres mortales, ayudáis a los enfermos y tenéis compasión de los que se están muriendo. Por Vuestra agonía, Vuestros azotes, Vuestra coronación de espinas, Vuestro cargar la Cruz, y Vuestra muerte en el Calvario, tened piedad de estas pobres almas. Que Vuestra sangre no sea derramada innecesariamente por ellos. Sed tocado por su extrema necesidad, en este momento decisivo, del que depende toda su eternidad.
Y Vos, oh María, Consoladora de los afligidos, Auxiliadora de los enfermos, tened piedad de Vuestros innumerables hijos que en este momento luchan con la muerte; recibid las almas de los moribundos que a cada momento dejan esta tierra y entran en la vida futura; sed su Abogada ante el trono de Vuestro divino Hijo, y rezad por nosotros siempre, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Se reza el Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra: y en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia de Jesucristo, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
- Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbradnos del mal. Amén.
- Se rezan tres Ave María
Dios Te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre las mujeres, y bendito es Tu Hijo, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
A cada misterio, después de estas palabras: Bendita Tú eres entre las mujeres y bendito es Tu Hijo Jesús, se añade una pequeña palabra para recordar y honrar el misterio de manera especial, por ejemplo: JESÚS en agonía, JESÚS azotado, etc., como se marca en cada decena.
Misterios Dolorosos – Oremos por los moribundos.
Primer Misterio: La Agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní
Pidamos una contrición sincera por todos nuestros pecados.
Os ofrecemos, Señor Jesús, esta sexta decena en honor a Vuestra mortal agonía en el Jardín de los Olivos; y Os pedimos a través de este misterio, y por la intercesión de Vuestra santa Madre, la contrición de nuestros pecados. Amén.
A los diez Ave Marías se añade: Jesús en agonía.
Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Después de Oh mi Jesús… se añade: Que las gracias del misterio de la Agonía de Jesús, descienden a nuestras almas. Amén.
Segundo Misterio: La Flagelación de Jesús
Pidamos la gracia de la mortificación de nuestros sentidos.
Os ofrecemos, Señor Jesús, esta séptima decena en honor de Vuestra sangrienta flagelación, y Os pedimos a través de este misterio, y por la intercesión de Vuestra Santa Madre, la mortificación de nuestros sentidos. Amén.
A los diez Ave Marías se añade: Jesús azotado.
Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Después de Oh mi Jesús… se añade: Que las gracias del misterio de la Flagelación de Jesús, descienden a nuestras almas. Amén.
Tercer Misterio: Jesús está coronado de espinas
Pidamos la gracia de la mortificación de la mente y del corazón.
Tercer Misterio: Jesús está coronado de espinas
Pidamos la gracia de la mortificación de la mente y del corazón.
Os ofrecemos, Señor Jesús, esta octava decena en honor a Vuestra coronación de espinas, y Os pedimos a través de este misterio, y por la intercesión de Vuestra santa Madre, el desprecio del mundo. Amén.
A los diez Ave Marías se añade: Jesús coronado de espinas.
Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Después de Oh mi Jesús… se añade: Que las gracias del misterio de la Coronación de espinas, descienden a nuestras almas. Amén.
Cuarto Misterio: Jesús lleva la Cruz a cuestas
Pidamos la gracia de abrazar con gran amor las cruces que Dios nos da.
Os ofrecemos, Señor Jesús, esta novena decena en honor a Vuestro porte de la Cruz, y Os pedimos por este misterio, y por la intercesión de Vuestra santa Madre, paciencia en todas nuestras cruces. Amén.
A los diez Ave Marías se añade: Jesús llevando Su cruz.
Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Después de Oh mi Jesús… se añade: Que las gracias del misterio de Jesús cargando la Cruz, descienden a nuestras almas. Amén.
Quinto Misterio: La Crucifixión y Muerte de Jesús en la Cruz
Pidamos la gracia de morir a nosotros mismos y vivir sólo para Dios. Pidamos la perseverancia de los justos, la conversión de los pecadores y la liberación de las almas del purgatorio.
Os ofrecemos, Señor Jesús, esta décima decena en honor de Vuestra crucifixión y vuestra muerte ignominiosa en el Calvario, y os pedimos por este misterio, y por la intercesión de vuestra santa Madre, la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos y el alivio de las almas del purgatorio. Amén.
A los diez Ave Marías se añade: Jesús crucificado.
Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Después de Oh mi Jesús… se añade: Que las gracias del misterio de la Crucifixión de Jesús, descienden a nuestras almas. Amén.
Oraciones después del Rosario
Salve oh Reina
Salve, Reina; Madre de misericordia, vida, dulzura, y esperanza nuestra; salve. Los desterrados hijos de Eva, clamamos a Vos desde este valle de lágrimas; y entre gemidos y llantos, suspiramos por Vos. Ea, pues, Abogada nuestra: dirigid esos Vuestros ojos de misericordia sobre nuestras almas. Y después de este destierro, mostradnos a Jesús, fruto bendito de Vuestro santo vientre.
¡O clementísima! ¡O piadosa! ¡O dulce Vírgen María!
V/ Rogad por nosotros, santa Madre de Dios.
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos: Dios eterno y todopoderoso, que por la acción del Espíritu Santo preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa María, Virgen y Madre, para hacer de Ella una morada digna de Tu Hijo, concédenos, en la alegría que nos da celebrar Su memoria, ser liberados, por Su benévola intercesión, de los males que nos amenazan y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
R/ Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y de la Madre de Dios. Amén.