Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Lectura del Evangelio

Desierto de Jerico. – Del 6 de enero al 16 de febrero

CAP. III. – AYUNO Y TENTACIÓN DE JESÚS

(S. Mateo IV, 1-11; S. Marcos I, 12-13; S. Lucas IV, 1-13)

Jesús, lleno del Espíritu Santo, partió del Jordán y fue conducido por impulso del mismo Espíritu al desierto, para que fuese tentado por el diablo.    Mantúvose allí morando entre las fieras del desierto, cuarenta días y cuarenta noches, durante los cuales no comió nada, y al cabo de ellos tuvo hambre; por lo cual, acercándose el tentador Le dijo:

«Si Tú eres el Hijo de Dios, manda que esas piedras se conviertan en pan.»    Mas Jesús le respondió:

«Escrito está:    “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”»

Entonces el diablo Le transportó a la ciudad santa de Jerusalén y Le puso en el pináculo del Templo diciéndole:    «Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo, pues escrito está:    “Dios te ha encomendado a Sus ángeles, los cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece contra las piedras.”»

«También está escrito, replicó Jesús:    “No tentarás al Señor tu Dios.”»

Todavía el diablo Le subió a un monte elevadísimo, desde el cual Le mostró en un instante todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y díjole:

«Todo ese poder Te daré, toda la gloria de esos reinos, porque me han sido entregados y los distribuyó a quien me place.    Si Tú, pues, Te postras a mis pies adorándome, Tuyo será todo.»

«Atrás, Satán, exclamó Jesús, pues escrito está:    “Adorarás al Señor Dios tuyo y a Él solo servirás.”»    Agotado así el poder tentador del diablo, éste se retiró de Él hasta otro tiempo; y he aquí que los Ángeles se acercaron y Le servían.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.