La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.
Que el divino Niño Jesús le haga sentir Su Amor Infinito y llene su corazón de felicidad y paz en este día en que celebramos Su nacimiento.
Mensaje del Ángel a los pastores:
«No temáis, porque he aquí que os doy un gran gozo, que será para todo el pueblo: porque os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
– Gloria a Dios en las alturas y en la tierra,
paz a los hombres de buena voluntad!»
(Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, San Lucas 2, 10-14)
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 1:
El Arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María que será la Madre de Dios.
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 2:
Prueba y consolación de San José
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 3:
El censo y el viaje de Nazaret a Belén
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 4:
Nacimiento de Jesús en Belén
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 5:
Los primeros testigos del nacimiento del Salvador: Los pastores
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 6:
Los magos de Oriente
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 7:
Feliz llegada de los magos a Belén
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 8:
Furor de Herodes – Masacre de los santos Inocentes
La verdadera historia de Navidad
Capítulo 9:
Permanencia en Egipto – Regreso a la patria
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.
Oración preparatoria
¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.
Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.