Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Letanías de reparación

Corazon Eucaristico de Jesus

Divino Salvador Jesús, venimos, con espíritu de fe, reparación y amor, a lamentar a Vuestros pies nuestras infidelidades y las de los pobres pecadores que son nuestros hermanos; dignaos de aceptar el pequeño tributo de nuestras consolaciones, Os lo pedimos por el Corazón compasivo de María, Vuestra Madre, y por San Juan, Vuestro amado discípulo.

Del olvido y la ingratitud de los hombres
deseamos consolaros, oh Señor.

De Vuestro descuido en el sagrado Tabernáculo
queremos consolaros, Señor.

Por los crímenes de los pecadores
¡queremos consolaros, Señor!

Del odio de los impíos
¡queremos consolaros, Señor!

De las blasfemias que se vomitan contra Vos
queremos consolaros, Señor.

De los insultos hechos a Vuestra Divinidad
queremos consolaros, Señor.

Por los sacrilegios con los que se profana Vuestro Sacramento de amor,
queremos consolaros, Señor.

Por la inmodestia e irreverencia cometida en Vuestra adorable presencia,
queremos consolaros, Señor.

De las traiciones de las que sois la adorable Víctima,
¡queremos consolaros, Señor!

De la frialdad de la mayoría de Vuestros hijos,
¡queremos consolaros, Señor!

Del desprecio que la gente tiene por Vuestros avances amorosos,
¡queremos consolaros, Señor!

Por las infidelidades de los que se dicen Vuestros amigos,
¡queremos consolaros, Señor!

Por nuestra resistencia a Vuestras gracias,
¡queremos consolaros, Señor!

Por nuestras propias infidelidades,
¡queremos consolaros, Señor!

Por la incomprensible dureza de nuestros corazones
¡queremos consolaros, Señor!

Por nuestro largo retraso en amaros
¡queremos consolaros, Señor!

Por nuestra cobardía en Vuestro santo servicio
¡queremos consolaros, Señor!

Por la profanación del día sagrado del domingo
queremos consolaros, Señor.

Por la amarga tristeza en que Os sume la pérdida de las almas,
queremos consolaros, Señor.

De Vuestra larga espera a la puerta de nuestros corazones,
¡queremos consolaros, Señor!

De los amargos residuos con los que estáis lleno,
¡queremos consolaros, Señor!

Sagrado Corazón de Jesús, tened piedad de nosotros y de Vuestros hijos en la tierra.

Corazón Inmaculado de María, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Oremos.

Oh Dios tres veces santo, Os adoro, Os amo, Os bendigo por el Sagrado Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, y Os ofrezco, por manos de la Inmaculada Virgen María, todas las Sagradas Hostias que están en nuestros altares y tabernáculos, como sacrificio de expiación, reparación y enmienda por todos los sacrilegios, profanaciones, impiedades, blasfemias y crímenes que os ofenden en todo el universo. Amén.

Comparta con los suyos

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.