Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Novena a San Miguel Arcángel

Para obtener la protección de San Miguel Arcángel contra los peligros del alma y del cuerpo y para ser liberado de todo mal.

del 20 al 28 de septiembre

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Primer día de la novena – en honor de los Serafines

San Miguel Arcángel, lleno de la sabiduría de Dios, fuerte en la batalla, ven en mi ayuda, sostenme en las dificultades, en las pruebas, cuando sufra, cuando dude, cuando llore. Obtén para mí el valor, la fuerza, la voluntad, para que no sea derrotado. San Miguel Arcángel, sé mi defensor y protector contra las fuerzas del mal.

Gloriosísimo Príncipe de las huestes celestiales, San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla contra los príncipes y las potencias, contra los gobernantes de este mundo oscuro, contra los espíritus malignos que pululan por los aires. Acude en ayuda de los hombres que Dios ha hecho a imagen y semejanza de Su propia naturaleza, y que ha redimido a gran precio de la tiranía del diablo. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Segundo día de la novena – en honor de los Querubines

San Miguel, Príncipe de la Milicia de los Ángeles, te invoco, escúchame.

Te ruego que, en el último día, acojas mi alma en tu santísima custodia y la conduzcas al lugar del consuelo, la paz y el descanso, donde las almas de los Santos esperan con inefable alegría el juicio venidero y la gloriosa resurrección. Ya sea que hable o permanezca en silencio, ya sea que mire, camine o descanse, guárdame en el desempeño de todas mis obras, en todos los actos de mi vida. Presérvame de las tentaciones de los demonios y de las penas del infierno.

San Miguel Arcángel, terror de los demonios, ven en mi ayuda en la lucha que debo librar cada día contra mis faltas, contra las malas influencias que me asaltan por todas partes. Ayúdame a superar las tentaciones y a librar el buen combate con perseverancia y confianza para mi mayor bien. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Tercer día de la novena – en honor a los Tronos

Gran defensor del pueblo cristiano, San Miguel Arcángel, para cumplir dignamente la misión que se te ha confiado de defender a la Iglesia, dígnate abatir la herejía, exterminar los cismas y confundir la incredulidad.

Multiplica tus victorias sobre los monstruos infernales que quieren destruir nuestra Fe.

Que la Iglesia de Jesucristo acoja a nuevos fieles y reúna reinos enteros para que pueble el cielo con almas escogidas, para mayor gloria del divino Redentor, a quien tú mismo debes tus triunfos, tus méritos y tu felicidad eterna.

San Miguel Arcángel, fiel servidor de Dios, humilde y leal a tu Creador, te levantaste y luchaste contra Lucifer, el rebelde, el soberbio. Sé mi apoyo y mi fuerza en la lucha contra el mal. Enséñame a alabar, a amar y a servir al Señor, nuestro Dios, con humildad, confianza, fidelidad y amor. Amén

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Cuarto día de la Novena – en honor a las Dominaciones

Oh, tú que eres el Príncipe y Portaestandarte de los ángeles buenos, ayúdame siempre con tu bondad y sálvame.

De las legiones del ángel de las tinieblas presérvame, para que bajo tu guía pueda compartir la luz de los ángeles buenos.

Ante el trono del Juez Supremo, sé mi defensor, defiende mi causa y aleja la ira del justo vengador.

Por ti, que mi trabajo, mi descanso, mis días y mis noches tengan prosperidad; que mi mente esté siempre dispuesta para las obras de Dios.

San Miguel Arcángel, Ángel de la Paz, en la batalla del cielo has reunido a los ángeles fieles para derrotar a Satanás y alabar a Dios con alegría y paz; te pido especialmente que intercedas por el reino de la paz en los corazones, las familias, la Iglesia, las naciones y el mundo. Que venga el Reino de paz y amor de Cristo nuestro Salvador. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Quinto día de la novena – en honor a los Potestades

San Miguel Arcángel, eres tú a quien la santa Iglesia venera como su guardián y protector. Es también a ti a quien el Señor ha confiado la misión de introducir a las almas redimidas en la dicha celestial.

Ruega, pues, al Dios de la Paz que aplaste a Satanás bajo nuestros pies para que no pueda seguir encadenando a los hombres y dañando a la Iglesia.

Presenta nuestras oraciones al Altísimo, para que el Señor se apiade de nosotros sin demora.

Agarra al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y échalo al abismo encadenado, para que no engañe más a las naciones.

San Miguel Arcángel, benefactor de los pueblos que te honran, estate siempre a mi lado. Enséñame a vivir en incesante comunión de corazón y mente con el Señor, en paz con mis hermanos. Presenta mis humildes oraciones y súplicas a Dios. Reza conmigo, reza por mí, apóyame. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Sexto día de la Novena – en honor a las Virtudes

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, para que no perezcamos en el día del temido juicio.

Glorioso Príncipe, acuérdate de nosotros y ruega al Hijo de Dios por nosotros en todas partes y siempre.

Cuando luchabas contra el dragón, se oyó desde el cielo la voz de los que decían: «¡Salve, honor y gloria a Dios Todopoderoso!». El mar se levantó y la tierra tembló cuando bajaste del cielo. Acude en ayuda del pueblo de Dios.

San Miguel Arcángel, nuestro apoyo en la lucha contra el mal, ve la feroz y continua batalla que las fuerzas del mal libran contra los hijos de Dios. Te ruego que intercedas por nosotros, que apoyes a los despreciados, a los rechazados, a los perseguidos, para que permanezcan fieles al Señor. Obtén para ellos, obtén para nosotros, valor, confianza, perseverancia. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Séptimo día de la novena – en honor de los Principados

Oh San Miguel, tres veces santo Príncipe de la Sagrada Milicia, Dios te ha encargado la organización y dirección de las huestes angélicas, dignísimo de toda adoración, alabanza y encomio.

Ilumina mis sentidos internos, fortalece mi pobre corazón, atribulado por las tormentas de esta vida; eleva mi mente, inclinada hacia las cosas de la tierra, a las alturas de la sabiduría celestial; asienta mis pasos en el camino que conduce al Cielo; cura las heridas de mi alma; elimina de mi alma la huella de tantos pecados que engendran en mí la miseria y la desgracia.

San Miguel Arcángel, guardián y patrón de la Santa Iglesia, ve hoy la Iglesia de Cristo, a veces desafiada, criticada por las fuerzas del mal. San Miguel, apoya al Vicario de Jesucristo y a todos los fieles en comunión con él. Ilumina a los que dudan y vacilan. Sé hoy y siempre el defensor y protector de la Santa Iglesia de Cristo. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Octavo día de la Novena – en honor a los Arcángeles

Arcángel San Miguel, cuya misión es recoger nuestras oraciones, dirigir nuestras batallas y pesar nuestras almas, rindo homenaje a tu belleza.

Es tan similar a la de Dios, que después de Su Verbo eterno ningún otro Espíritu celestial puede compararse a ti.

Tu voluntad se une armoniosamente a la del Corazón Inmaculado de María, para el bien del hombre.

Defiéndeme contra los enemigos de mi alma y mi cuerpo. Hazme sentir el consuelo de tu asistencia invisible y los efectos de tu ternura vigilante.

San Miguel Arcángel, cuya oración conduce al bien, ve nuestra oración como algo humano y comprensible cuando nos quitan a un ser querido. Tú eres nuestro intercesor ante Dios, reza intensamente por el descanso de las almas de nuestros queridos difuntos y por el consuelo de los que los lloran. Que el Dios de la Misericordia los reciba en la felicidad de la vida eterna. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.


 

Noveno día de la Novena – en honor de los Ángeles

Glorioso Arcángel Miguel, eres el gran celador de la gloria de Dios y protector de la Iglesia universal.

El Todopoderoso te ha confiado la misión de recibir a las almas cuando abandonan el cuerpo, para presentarlas al Juez más justo. Por favor, ayúdenme en mi última lucha.

Acompañado de mi buen Ángel Custodio, ven en mi ayuda, y aleja de mí todos los espíritus infernales.

No dejes que me asusten entonces. Fortaléceme en la Fe, la Esperanza y la Caridad, para que mi alma, llevada por ti a su juez, sea introducida de inmediato en el lugar de descanso, para reinar allí eternamente con su Redentor. Amén.

San Miguel Arcángel, tú introduces las almas en la luz eterna. Cada segundo las almas abandonan esta tierra de exilio; estén con los moribundos que libran la última batalla contra el príncipe de la mentira y del mal, que querría arrastrarlos al abismo. Con María, la Virgen Inmaculada, esté con nosotros para asistirnos en la hora del gran paso a la eternidad. Presenta nuestra alma al Dios de la Misericordia y del Amor. Amén.

Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de todo y de serviros con gracia y verdad.

San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.