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Recemos el rosario.
Meditaciones breves
Prières préliminaires
- Se hace piadosamente la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.
- Ofrenda del Rosario
¡Oh, dulcísimo Jesús, Dios de toda consolación! Consueláis los dolores de los pobres mortales, ayudáis a los enfermos y tenéis compasión de los que se están muriendo. Por Vuestra agonía, Vuestros azotes, Vuestra coronación de espinas, Vuestro cargar la Cruz, y Vuestra muerte en el Calvario, tened piedad de estas pobres almas. Que Vuestra sangre no sea derramada innecesariamente por ellos. Sed tocado por su extrema necesidad, en este momento decisivo, del que depende toda su eternidad.
Y Vos, oh María, Consoladora de los afligidos, Auxiliadora de los enfermos, tened piedad de Vuestros innumerables hijos que en este momento luchan con la muerte; recibid las almas de los moribundos que a cada momento dejan esta tierra y entran en la vida futura; sed su Abogada ante el trono de Vuestro divino Hijo, y rezad por nosotros siempre, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Se reza el Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra: y en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia de Jesucristo, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
- Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbradnos del mal. Amén.
- Se rezan tres Ave María
Dios Te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre las mujeres, y bendito es Tu Hijo, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Misterios Dolorosos – Oremos para los enfermos y moribundos..
Primer Misterio: La Agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní
Fruto del misterio: la contrición perfecta por nuestros pecados.

Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Segundo Misterio: La Flagelación de Jesús
Fruto del misterio: el amor a la penitencia y el espíritu de sacrificio.

Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Tercer Misterio: Jesús está coronado de espinas
Fruto del misterio: la destrucción de nuestro orgullo y el amor a la humillación.

Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Cuarto Misterio: Jesús lleva la Cruz a cuestas
Fruto del misterio: Resignación en el sufrimiento y amor a la cruz.

Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Quinto Misterio: La Crucifixión y Muerte de Jesús en la Cruz
Fruto del misterio: La muerte a nosotros mismos, a nuestras malas inclinaciones, a nuestros hábitos pecaminosos, para que vivamos sólo para Dios.

Oraciones para la Decena
Se reza un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén
Se rezan diez Dios Te salve María
Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:
Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.
Oraciones después del Rosario
Salve oh Reina
Salve, Reina; Madre de misericordia, vida, dulzura, y esperanza nuestra; salve. Los desterrados hijos de Eva, clamamos a Vos desde este valle de lágrimas; y entre gemidos y llantos, suspiramos por Vos. Ea, pues, Abogada nuestra: dirigid esos Vuestros ojos de misericordia sobre nuestras almas. Y después de este destierro, mostradnos a Jesús, fruto bendito de Vuestro santo vientre.
¡O clementísima! ¡O piadosa! ¡O dulce Vírgen María!
V/ Rogad por nosotros, santa Madre de Dios.
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos: Dios eterno y todopoderoso, que por la acción del Espíritu Santo preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa María, Virgen y Madre, para hacer de Ella una morada digna de Tu Hijo, concédenos, en la alegría que nos da celebrar Su memoria, ser liberados, por Su benévola intercesión, de los males que nos amenazan y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
R/ Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y de la Madre de Dios. Amén.