Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Nuestra Señora del Rosario

Recemos el rosario.

Meditaciones breves

Oraciones antes del Rosario

  •  Se hace piadosamente la Señal de la Cruz, que es el señal del cristiano.

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

  • Ofrenda del Rosario

Me uno a todos los Santos que están en los Cielos, a todos los justos que están en la tierra, a todas las almas fieles que hay en este lugar. Me uno a Vos, Jesús mío, para alabar dignamente a Vuestra Santísima Madre y alabaros en Ella y por Ella. Renuncio a todas las distracciones que me sobrevengan durante este Rosario. Quiero rezarlo con modestia, atención y devoción, como si fuera el último de mi vida. R. Amén.

Os ofrecemos, Santísima Trinidad, este Credo para honrar todos los misterios de nuestra fe; este Padrenuestro y estas tres Avemarías para hon­rar la Unidad de Vuestra esencia y la Trinidad de Vuestras Personas. Os pedimos fe viva, firme esperanza y ardiente caridad. R. Amén.

  • Se reza el Símbolo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra: y en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia de Jesucristo, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

  • Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbradnos del mal. Amén.

  • Se rezan tres Ave María

Dios Te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre las mujeres, y bendito es Tu Hijo, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

  • Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Misterios Gozosos – Oremos por la conversión de los pecadores.

Primer Misterio: La Anunciación del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María

Fruto del misterio: humildad y aceptación amorosa de la Voluntad de Dios.

Annonciation de l'Archange Gabriel à la Vierge Marie

Imagina al Arcángel Gabriel saludando a María, y al Hijo de Dios encarnándose en esta Virgen, la más pura de las vírgenes.

¡Oh María, que por Vuestra humildad habéis merecido ser la Madre de Dios! Obtened para mí una humildad como la Vuestra.

Oraciones para la Decena

Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Se rezan diez Dios Te salve María

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:

Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.

Segundo Misterio: La Visitación de María a Su prima Isabel​

Fruto del misterio: Amar al prójimo más que a uno mismo.

Visitation de la Vierge Marie à Sa cousine Élisabeth Imagina el afán con el que María visita a Su prima, Santa Isabel; no teme hacer un largo y arduo viaje en una estación dura. Oh María, pedid para nosotros el amor de nuestro prójimo, Vos que lo habéis amado tanto.

Oraciones para la Decena

Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Se rezan diez Dios Te salve María

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:

Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.

Tercer Misterio: El Nacimiento de Jesús en el establo de Belén

Fruto del misterio: el espíritu de desprendimiento de las cosas terrenales.

La Nativité de Jésus à Bethléem

Considera en el establo de Belén al Maestro del mundo acostado en un pesebre. ¡Qué miseria! Está cubierto con pobres pañales, teniendo sólo un poco de paja para apoyar Su cabeza.

Oh María, obtenednos el desprendimiento de los bienes de la tierra, y hacednos amar la pobreza.

Oraciones para la Decena

Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Se rezan diez Dios Te salve María

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:

Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.

Cuarto Misterio: La Presentación de Jesús en el Templo

Pidamos la gracia de la obediencia a todas las voluntades de Dios.

La Présentation de Jésus au Temple

Cuarenta días después del nacimiento de Jesús, María Lo presenta en el templo y Se somete a la ceremonia de purificación, la cual no necesita. Lo hace en obediencia a la Voluntad de Dios expresada en la Ley.

Oh María, prefiero mil veces morir antes que separarme de la obediencia debida al Vicario de Jesucristo.

Oraciones para la Decena

Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Se rezan diez Dios Te salve María

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:

Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.

Quinto Misterio: La pérdida y el recobro de Jesús en el Templo​

Fruto del misterio: la búsqueda del agrado de Dios en cada una de nuestras acciones.

Le recouvrement de Jésus au Temple

Considera el afán de María y José cuando buscan a Jesús en Jerusalén.

Oh María, si alguna vez tengo la desgracia de perder a Jesús, permitidme que Lo busque con la misma ansiedad amorosa que fue la Vuestra cuando Vuestro querido Hijo desapareció de Vuestra presencia.

Oraciones para la Decena

Se reza un Padrenuestro

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Se rezan diez Dios Te salve María

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Se reza un Gloria al Padre

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

En Fátima Nuestra Señora pidió que se rezara la siguiente oración después de cada decena:

Oh Jesús mío, perdonadnos nuestros pecados, líbradnos del fuego del infierno, y llevad al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra misericordia.

Oraciones después del Rosario

Salve oh Reina

Salve, Reina; Madre de misericordia, vida, dulzura, y esperanza nuestra; salve. Los desterrados hijos de Eva, clamamos a Vos desde este valle de lágrimas; y entre gemidos y llantos, suspiramos por Vos. Ea, pues, Abogada nuestra: dirigid esos Vuestros ojos de misericordia sobre nuestras almas. Y después de este destierro, mostradnos a Jesús, fruto bendito de Vuestro santo vientre.
¡O clementísima! ¡O piadosa! ¡O dulce Vírgen María!
V/ Rogad por nosotros, santa Madre de Dios.
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos: Dios eterno y todopoderoso, que por la acción del Espíritu Santo preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa María, Virgen y Madre, para hacer de Ella una morada digna de Tu Hijo, concédenos, en la alegría que nos da celebrar Su memoria, ser liberados, por Su benévola intercesión, de los males que nos amenazan y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
R/ Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y de la Madre de Dios. Amén.

Comparte estas oraciones con sus seres queridos.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.