Gran San José, tú que fuiste elegido para ser el guardián de
la virginidad de María, dígnate protegernos contra las
seducciones del mundo y los ataques del demonio. No
permitas que nos desviemos nunca del camino de la virtud;
presérvanos de los errores a los que nos exponen nuestra
debilidad y nuestras pasiones. En esta guerra de todos
contra el espíritu del mal, San José, ayúdanos y obtén para
nosotros la gracia de…