Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Sagrada Familia

Un tío de Estados Unidos que se hace pasar por indigente.

Un pobre tejedor de seda había emigrado de España a México, donde varios de sus compañeros de oficio habían amasado en poco tiempo una gran fortuna. Él también tuvo mucho éxito en sus negocios y se hizo muy rico. Al cabo de unos años, regresó a España para ver a su familia con la intención de darles una vida generosa. Pero primero quería ponerlos a prueba. Apareció en la casa de su padre con ropas pobres, para dar la impresión de que volvía de América como un mendigo. Sin embargo, su padre lo recibió con el mayor de los afectos y mostró un gran placer al verlo de nuevo; incluso organizó una pequeña fiesta familiar a la que invitó a los parientes. No vinieron, porque se avergonzaban del pobre emigrante, que pronto se dio cuenta de lo desagradable que les resultaba su presencia. Entonces hizo gala de su riqueza, regaló gran parte de ella a su padre, y se marchó a América sin haber dado nada a quienes no habían querido conocerle, y que se mordían los dedos por haberse perdido una gran fortuna por su torpeza.

Dios hará lo mismo con nosotros. Si aquí en la tierra, donde Cristo no Se muestra en Su gloria, nos avergonzamos de pertenecer a Él y a Su Iglesia, nos despedirá con las manos vacías en el día del juicio.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.