Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Sagrada Familia

Los sabios polacos.

Tras la insurrección polaca de 1863, un general ruso había obtenido del zar, por sus servicios, grandes tierras, confiscadas a la abadía católica de Turek, en el círculo de Sandomir. Llamado a servir en la guerra ruso-turca de 1876, quiso, antes de partir a la campaña, ganarse nuevos favores del zar. Así que mandó llamar a sus siervos, casi todos ellos pobres polacos, y les dijo: «Os daré a cada uno de vosotros un hermoso pedazo de tierra antes de irme, pero antes debéis cambiar la religión católica por la ortodoxa rusa. Piensadlo seriamente y volved pronto para darme vuestra respuesta». Estos pobres campesinos se consultaron entre sí, y luego volvieron al general con un aire muy alegre. «Excelencia», dijeron, «esta es nuestra opinión. Cuando alguien ofrece cambiar su caballo por el nuestro, y añade un precio extra, concluimos que nuestro caballo es mejor que el suyo. Por lo tanto, nuestra religión debe ser mejor que la rusa, ya que todavía quieres darnos tierras para cambiar nuestra religión. Por lo tanto, seguiremos siendo lo que somos.» «¡Sinvergüenzas!», gritó el general, «marchaos rápido o haré que os administren el moratón».

La fidelidad a su fe de estos pobres campesinos es digna de todo elogio. No se debe cambiar de religión por razones humanas.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.