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Alabada sea María
Recibid, pues, por favor, estas humildísimas acciones de gracias, aunque sean insignificantes e indignas de Vuestros méritos, y, aceptando nuestros votos, excusad nuestros pecados con Vuestras oraciones. Recibid lo que Os ofrecemos, dad lo que Os pedimos, excusad lo que tememos, tanto más cuanto que Vos sois la única Esperanza de los pecadores; por Vos esperamos el perdón de nuestras culpas, y en Vos esperamos toda nuestra felicidad. Santa María, socorred a los miserables, ayudad a los pusilánimes, fortaleced a los débiles, rogad por el pueblo, intervenid en favor del clero; que todos los que celebran Vuestra memoria sientan los efectos de Vuestra asistencia; sed favorable a los deseos de los que recurren a Vuestra clemencia y concededles el cumplimiento de sus deseos; que Os plazca rogar sin cesar por el pueblo fiel, Vos, ¡oh Virgen Santísima! que mereciste dar a luz al Redentor del mundo, que vive y reina por los siglos de los siglos.