Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Novena a la Virgen de la Asunción por San Alfonso de Ligorio

Nuestra Señora de la Asunción

La novena comienza el 6 de agosto.

Pidamos especialmente la virtud del desprendimiento general en preparación para la muerte.

Reza 9 Avemarías y la siguiente oración cada día:

Oh dulce Soberana, amada Madre, habéis dejado la tierra… Habéis entrado en Vuestro reino, donde gobernáis como Reina sobre todos los coros de ángeles. Sabemos muy bien que miserables pecadores como nosotros no eran dignos de poseeros en este valle de las tinieblas; pero también sabemos que Vuestra grandeza no Os ha hecho olvidar nuestra miseria, y que en medio de tanta gloria, Vuestra compasión, lejos de disminuir, ha aumentado para nosotros, pobres hijos de Adán. Desde este sublime trono en el que reináis, volved hacia nosotros Vuestros ojos misericordiosos, oh María, y tened piedad de nosotros; recordad que cuando dejasteis este mundo prometisteis acordaros de nosotros. Ah, miradnos y venid en nuestra ayuda: ved cuántas tormentas y peligros estaremos constantemente expuestos hasta el final de nuestra vida. Por los méritos de Vuestra muerte bendita, obtened para nosotros la santa perseverancia en la amistad de Dios, para que un día podamos ir a besar Vuestros pies en el paraíso, y unir nuestras voces a las de los espíritus celestiales para alabaros y cantar Vuestras glorias como Os lo merecéis.
Amén.

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.