Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Jesús Crucificado y la Santísima Virgen María

Via Crucis de la Penitencia

meditado por el Beato Canónigo Alfred Weber

de: «De Gethsémani au Golgotha»

 

Oración preparatoria.

¡Oh, Jesús! Vamos a caminar con Vos en el camino del Calvario que fue tan doloroso para Vos. Hacednos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, tocad nuestros corazones con tierna compasión a la vista de Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que queremos teneros.

Aplicadnos todos los méritos infinitos de Vuestra Pasión y, en memoria de Vuestros sufrimientos, tened piedad de las almas del purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh divina María, que nos habéis enseñado primero a recorrer el Camino de la Cruz, alcanzadnos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos con los que se llenó Vuestro Corazón al acompañarle en el camino del Calvario. Haced que lloremos con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Lo pedimos en nombre de Su adorable Corazón. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

1. Jesús es condenado a muerte.

Jesús acepta la sentencia de muerte para devolverme la vida, pero con la condición de que tome mi parte de Sus sufrimientos y que complete en mí lo que falta en Su Pasión. Si me niego a hacerlo, pierdo todo el fruto de esta muerte saludable y me condeno a la muerte eterna.

¡Oh, Jesús! Nos habéis advertido que todos pereceríamos si no hacíamos penitencia. Os ruego, pues, que me deis el valor de condenarme y de castigar sin piedad esos malditos pecados que Os han condenado a morir por mí. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

2.

Jesús toma Su Cruz.

La sentencia se ejecuta sin demora… Jesús toma mis iniquidades. ¡Cuántas veces, reconociendo mi culpa, me he condenado a mí mismo! Pero ¡cuánto me cuesta reparar! ¿Qué le importan a Dios mis protestas, mis suspiros y mis lágrimas si al final no me armo contra mí mismo, si no me decido a hacer dignos frutos de penitencia?

Oh Jesús, que pueda tomar por fin mi cruz y llevarla generosamente con Vos todos los días de mi vida. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

3.

Jesús cae por primera vez.

Recuerda, alma mía, en presencia de tu Dios aniquilado, que todo pecado, aunque sea perdonado, exige una expiación. Debe ser castigado, en esta vida o en la siguiente. Si lo pospongo después de la muerte, será el Purgatorio con sus llamas y su inmensa desolación; y no lo dejaré hasta que haya pagado toda mi deuda, hasta el último centavo.

Oh Jesús, determinad que mi alma abrace cuanto antes la dulce penitencia que me impone Vuestra bondad, para que pueda evitar, después de esta vida, la espantosa desgracia de caer en manos de Vuestra infinita Justicia. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

4.

Jesús Se encuentra con Su Santísima Madre.

Cada nuevo sufrimiento de Jesús es una espada afilada que atraviesa el alma de María. Y, sin embargo, esta divina Madre sigue a la adorable Víctima al Calvario… al sepulcro… Cuando yo también me decida a subir el áspero camino de la penitencia, seguro que allí me encontraré con María… Uno camina y sufre con más valor bajo la mirada y cerca del corazón de su Madre.

Reina de los Mártires, Virgen de los Dolores. Ya que fue mi pecado el que crucificó a Jesús y Os hizo llorar, no dejéis de hacerme oír el grito desolado que lanzasteis al mundo en una de Vuestras apariciones en Lourdes: «¡Penitencia! ¡Penitencia! Penitencia», y que todos los verdaderos cristianos respondan finalmente al grito de su Madre. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

5.

Simón el Cireneo ayuda a Jesús a llevar Su Cruz.

Al principio, Simón asumió la cruz de Jesús sólo por obligación y a regañadientes. Entonces le pareció tan llamativo que no pudo dejarlo.

¿Por qué, entonces, oh Jesús, debo ser tan reacio a entrar en la carrera que Vos habéis abierto para mí? Oh, me olvido de que Vuestra Cruz está cargada sólo con mis iniquidades, y que sólo a mí me corresponde llevarla. Me olvido de que cuanto más tome la Cruz, más cerca estaré de Vos, oh mi Salvador, y que la Cruz con Vos es el Paraíso.

Venced, pues, con la gracia de Vuestro ejemplo, la resistencia de mi cobardía, e inspiradme valor y generosidad para compartir con Vos esta carga, que debería pesar sólo sobre mí. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

6.

Verónica limpia el rostro de Jesús.

El Profeta Lo había visto en el camino de la tortura, y no Lo había reconocido… El Hijo de Dios ni siquiera parecía un hombre. Parecía un leproso; era la abyección del pueblo, la vergüenza del género humano.

¡Cuánto más horrible es mi alma, desfigurada por la lepra del pecado! ¡Esta alma, Vuestra imagen viviente, la hija de Vuestro amor, Os aborrece! Pero Vos la regeneraréis en Vuestra Sangre, ¡oh buen Jesús! y mi penitencia, como un velo divino, limpiará todas sus manchas y devolverá a su frente el resplandor de su belleza celestial. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

7.

Jesús cae por segunda vez.

Mi divino Maestro me enseña, con esta nueva caída, a guardarme de los retornos del pecado. Toda mi seguridad radica en la ayuda de Su gracia, y también en esa energía inquebrantable que da el ejercicio continuo de la penitencia. Si desarmo mi brazo, estoy perdido; porque el enemigo volverá más fuerte que al primer ataque, y las heridas de sus dardos venenosos serán más profundas y desesperadas.

Oh Jesús, por la virtud de Vuestra segunda caída, sostened mi valor en la constante expiación de mis iniquidades pasadas, para que sea invencible a las tentaciones del futuro. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

8.

Jesús consuela a las Hijas de Jerusalén.

Jesús les dijo: «No debéis llorar por Mí, sino por vosotros mismos y por vuestros hijos. Si la madera verde es tratada así, si la justicia de Mi Padre se abate con tanta dureza sobre una víctima inocente, ¿cómo será tratada la madera seca?» ¿Qué pueden esperar las almas cuando ya no fluye la savia de la gracia?

Oh Jesús, ¿podría Vuestra voz, rota por el dolor, la extenuación y la tristeza, ser más elocuente para convencernos de que nuestro único recurso está en la penitencia?

Os imploro que infundáis en mi corazón reseco la Sangre de Vuestra Pasión, y que yo, renovado por esta savia divina, no deje ya de llorar y de expiar estas faltas que me han hecho como madera seca, destinada al fuego del infierno. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

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Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

9.

Jesús cae por tercera vez.

Mira, alma mía, a tu Maestro y Modelo, tendido en el polvo, aplastado bajo Su pesada Cruz. ¡Sólo Le queda un aliento de vida! Esto es para decirte que no se puede seguir siendo cristiano sin convertirse en un Jesús crucificado, y que esta transfiguración necesaria sólo puede tener lugar a través del trabajo de la penitencia.

Oh Jesús, apoderáis de mi mente y de mi corazón con esta doctrina de la verdad, y que ya no dude en morir con Vos cada día en el Calvario, para tener la felicidad de vivir eternamente con Vos en el Cielo. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

10.

Jesús es despojado de Sus vestidos.

¡Qué ignominia y tormento para mi Salvador! A este precio mereció para mí la fuerza que tanto necesito, para despojarme de esta vergonzosa red de pecados que me cubre de pies a cabeza; estos hábitos culpables, estos afectos peligrosos, este orgullo, esta blandura y estas negligencias cobardes, debo despojarme de todo, arrancarlo todo con violencia, aunque me cubra de heridas, aunque ponga toda la sangre de mi corazón.

¡Oh, Jesús! Os mandáis sacrificar el ojo y la mano derecha, si me escandalizan… Ah, al menos, guiadme y fortaleced mi demasiado tímido brazo en esta sangrienta operación, que es la primera condición de una penitencia sincera. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

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Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

11.

Jesús es clavado en la Cruz.

La vida está en la Cruz; la Cruz contiene toda la riqueza de la Redención. Por lo tanto, debo estrecharla entre mis brazos, apretarla contra mi corazón en un abrazo de amor y gratitud. ¡Pero tengo tanto miedo de sufrir! Dios, que quiere mi salvación, está obligado a atarme a ella a pesar de mí mismo. Cada día, Su mano paternal me crucifica con los clavos de la humillación, el abandono, los contratiempos, la enfermedad, el duelo y tantos otros que Su Providencia misericordiosa sabe elegir.

¡Oh, Jesús! Os entregasteis sin un murmullo a la crueldad brutal de los verdugos que Os traspasaron las manos y los pies; que yo me entregue con sumisión filial a los rigores amorosos de la crucifixión que me hará morir al pecado y vivir cada vez más por Vuestra gracia. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

12.

Jesús muere en la Cruz por nuestra salvación.

¡Jesús murió!… Murió en una cruz… De Sus miembros magullados, de Sus venas desgarradas, la Sangre divina fluye sobre mi alma y le da vida… Hijo de la sangre, hijo de la Cruz, ¿puedo vivir y salvarme en medio de los placeres y las delicias?

Oh, Jesús!… dondequiera que me encuentre con Vuestra imagen, me recuerda Vuestros sufrimientos y Vuestra muerte: siempre Os veo crucificado… Oh, Crucifijo mío, imprimid Vuestras heridas tan profundamente en mi corazón que nunca dejen de brillar en las santas obras de mi penitencia. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

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Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

13.

Jesús es bajado de la Cruz y entregado a Su Madre.

María, de pie al pie de la Cruz, ha recibido el último aliento de Su Amado. Ahora contempla de rodillas y cubre con besos y lágrimas Su cuerpo helado, lívido y ensangrentado. Su dolor es como un océano sin orillas. Pero, al precio de este dolor, Ella ha merecido asistirme en mi agonía, y recibirme en Sus brazos cuando deje este mundo.

¡Oh, Madre mía! estaréis ahí cuando me muera… ¡qué consuelo! Y sois Vos la que me presentaréis a mi Juez… ¡Qué seguridad!… Pero aún debéis encontrar en mí los rasgos de Vuestro Jesús crucificado.

Oh, mostrad que sois mi Madre y dadme esta semejanza divina que será Vuestra alegría y mi salvación. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Antés de la Estación

Antés de la Estación

Oraciones antés de la Estación

Os adoramos Señor y Os bendecimos

Porque con Vuestra Santa Cruz habéis redimido al mundo.

(Se anuncia la Estación: "Primera Estación...etc)

14.

Jesus es puesto en la tumba.

¡Gloriosa tumba! ¡Pórtico del cielo! Es el fin del sufrimiento, el comienzo de la dicha. Un catre fue la cuna de Jesús, una cruz Su lecho de muerte. Era, en efecto, el Hombre de los Dolores. Y ahora está sentado a la derecha del Padre y Su reino es para siempre.

Oh Jesús! es verdad! toda la amargura de la penitencia no es nada comparada con el inmenso peso de la felicidad que Vos reserváis a Vuestros Santos… Oh! sufrir con Jesús, reinar con Jesús!… No quiero otro lema… El camino del sacrificio se detiene en la tumba… y más allá, está la recompensa eterna. Amén.

Después de la Estación

Después de la Estación

Oraciones después de la Estación

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

V. ¡Ten piedad de nosotros, Señor!
R. ¡Ten piedad de nosotros!

V. Que las almas de los fieles difuntos
R. Por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

Oh, Santa Madre de los Dolores,
imprimid en mi pobre corazón
las heridas de mi dulce Salvador.

Por el Sumo Pontífice

Por el Sumo Pontífice

Oraciones por el Sumo Pontífice

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el Tu Nombre; venga a nos el Tu reino; hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdonadnos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Amén

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es Tu Hijo Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a la Madre de Dios.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

Comparte estas oraciones con sus seres queridos.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.