Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Senora de La Salette

El artista fue declarado inocente.

En la iglesia de Santa María de Danzig se venera una estatua de la Virgen, a la que se adjunta una conmovedora historia. Se cuenta que un pobre artista, acusado injustamente y condenado a muerte, pidió a sus jueces unas semanas de gracia para cumplir un voto que había hecho. Cuando se le concedió esta gracia, se arrodilló en su celda, rezó una ferviente oración a la Virgen, Consoladora de los afligidos, y luego comenzó a modelar con arcilla la imagen de Aquella a la que invocaba con tan sincera fe en su angustia; y su fe le reanimó, y su piedad le dio una feliz inspiración. Hizo una estatua de forma tan noble, dibujó la cabeza de su augusta Patrona con tanta suavidad que los magistrados, invitados a venir a verla, quedaron asombrados. No -exclamó uno de ellos-, no es posible que el hombre en el que se manifiesta tal sentimiento ideal haya podido cometer el crimen del que se le acusa. La ejecución debe ser suspendida y el juicio revisado. Una nueva investigación demostró que efectivamente era inocente. Fue liberado triunfalmente de la prisión, y la estatua a la que debía su salvación fue colocada en la iglesia de Santa María.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.