Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Señora del Purgatorio

Alivio mediante la conformidad con la voluntad de Dios

Un venerable obispo, Tomás de Cantimpré, cuenta que su propia abuela se lamenta constantemente por la muerte de su hijo. Un día, en un sueño, se le apareció un grupo de jóvenes, todos resplandecientes de inefable belleza, y se acercaron con santa alegría. A lo lejos, detrás de ellos, vio que su hijo se acercaba con paso tambaleante. «¿Qué pasa, hijo mío -le preguntó-, que andas solo y detrás de los demás?» Pero enseguida le mostró una pesada carga en los pliegues de su túnica y le dijo: «Madre, estas son todas las lágrimas que has derramado por mí en vano, y su peso me impide seguir adelante. En cambio, dirige tus lágrimas a Dios, preséntale con un corazón resignado, haz que se ofrezca el Santo Sacrificio de los altares, y entonces me libraré de todo lo que aún pesa sobre mí.»

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.