Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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A San Juan Bautista, Precursor del Salvador

A San Juan Bautista, Precursor del Salvador

La misión de Juan el Bautista era anunciar la venida del Salvador prometido a la tierra y preparar al pueblo predicando la oración y la penitencia. El martirio selló su vida y le ganó la gloria inmortal en el Cielo.
Oh San Juan Bautista, ilustre precursor del Mesías, tú a quien el Salvador proclamó el más grande entre los hijos de los hombres, tú preparaste maravillosamente, con tu vida austera, penitente y angélica, el camino hacia el Reino del Cordero redentor. Te pedimos que te dignes alcanzarnos la gracia de seguir tus gloriosas huellas, de sostener la fe de nuestros padres, de defender celosamente los intereses de la Santa Iglesia Católica, y de cumplir en cada uno de nosotros los designios de la Divina Providencia… para que después del destierro de esta vida, podamos reunirnos en la patria celestial, para cantar las alabanzas del Rey eterno de todos los pueblos, por los siglos de los siglos. Amén.
San Juan Bautista en la cárcel

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En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.