Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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A San José Obrero

A San José Obrero

San José es el modelo y protector del trabajador que se gana el pan con el sudor de su frente.
Glorioso San José, modelo de todos los que se dedican al trabajo, alcánzame la gracia de trabajar con espíritu de penitencia para la expiación de mis muchos pecados; de trabajar con conciencia, anteponiendo el culto al deber a mis inclinaciones; de trabajar con gratitud y alegría, considerando un honor utilizar y desarrollar mediante el trabajo los dones recibidos de Dios; trabajar con orden, paz, moderación y paciencia, sin retroceder nunca ante el cansancio y las dificultades; trabajar sobre todo con pureza de intención y desprendimiento de mí mismo, teniendo constantemente ante los ojos la muerte y la cuenta que tendré que rendir del tiempo perdido, de los talentos no utilizados, del bien omitido y de la vana complacencia en el éxito, que es tan fatal para la obra de Dios. Todo por Jesús, todo por María, todo a imitación tuya, Patriarca San José. Amén.
San José artesano

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En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.