Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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El Angelus

El Angelus

«Angelus» u oración del Ángel. Esta oración, que la Iglesia reza tres veces al día, conmemora la misión del Arcángel Gabriel enviado por Dios Padre a la Virgen María para anunciar la gran noticia: ¡Dios viene a hacerse hombre y María es elegida para ser Su Madre!
  • El Ángel del Señor anunció a María,
    Y concibió por obra del Espíritu Santo.

Ave María.

  • He ahí la Esclava del Señor:
    Hágase en Mí según tu palabra.

Ave María.

  • Y el Verbo Se hizo carne,
    Y habitó entre nosotros.

Ave María.

  • Rezad por nosotros Santa Madre de Dios.
    Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Oremos. Os rogamos, Señor, que derraméis Vuestra gracia en nuestras almas; a fin de que los que habemos conocido por la Anunciación del Ángel el misterio de la Encarnación de Vuestro Hijo Jesucristo, por los méritos de Su pasión y Cruz seamos conducidos a la gloria de Su Resurrección. Lo que Os pedimos por el mismo Jesucristo Señor nuestro. Amén.

Annonciation de l'Archange Gabriel à la Vierge Marie

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En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.