Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Sagrada Familia - Jesús María José

Los diferentes cruces.

Un pobre viajero, abrumado por la miseria y el descontento con su suerte, se acercaba al anochecer a una ciudad en la que tenía dificultades para encontrar alojamiento para la noche. Habiéndose dormido, tuvo un sueño en el que se veía en una inmensa sala llena de cruces de las más variadas formas, y al mismo tiempo oyó una voz que le decía: «Elige la que te convenga». El viajero levantó varias cruces, las pesó y las volvió a pesar, sin encontrar una que le conviniera. A veces le parecían demasiado largos, a veces demasiado pesados, otros tenían esquinas afiladas. Finalmente vio unas cruces que brillaban como el oro, pero su peso era también el del oro. Después de muchas pruebas y errores, encontró una cruz que le parecía proporcionada y que le convenía más que las otras. Así que fijó su elección en ella. Al examinarla más de cerca, descubrió que era la misma cruz que había llevado hasta ese momento. En ese momento se despertó y reconoció que Dios había querido consolarle con ese sueño, y desde entonces nunca se quejó de sus sufrimientos.

Convenzámonos de la verdad de estas palabras de San Pablo: «Dios no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas».

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.