Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Notre Dame du Laus

El Predicador del Rosario

El Santo Rosario de la Madre de Dios fue el tema ordinario de la predicación de Florent Puteano, Religioso Dominico. Nunca subía al púlpito sin encontrar ocasión de hablar de las ventajas de esta devoción celestial. Dios bendijo su celo y obró muchos milagros para mostrar cuán agradables a Él eran las exhortaciones que dirigía al pueblo para recomendar esta santa oración. Una mujer reducida a la más terrible desesperación se había entregado al diablo, había renunciado a su devoción a la Santísima Virgen y al rezo del Rosario; un escrito firmado por su mano y confiado a Satanás había confirmado esta culpable renuncia. El santo apóstol del Rosario, al enterarse de este triste suceso, se comprometió a ayudar a esta alma desgraciada; persuadió a la desdichada a confesarse, la admitió en la Cofradía del Rosario y celebró la misa por ella en el altar de la Santísima Virgen. Al final del Santo Sacrificio, se vio caer el billete al pie del altar; esto era una prueba de que el diablo había sido obligado por María a romper el compromiso contraído por esta mujer, y a concederle su libertad original.

(Barri, Journ., 26 de octubre)

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.