Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Corazon Eucaristico de Jesus

La historia de dos pajes, o La devoción recompensada.

Santa Isabel, reina de Portugal, tenía un paje muy virtuoso del que se servía para distribuir sus limosnas secretas. Otro paje, celoso del favor de que gozaba a causa de su virtud, resolvió perderlo y, para tener más éxito, persuadió al rey de que tenía un comercio criminal con la reina. El príncipe, inclinado por la corrupción de su corazón a pensar mal de los demás, dio crédito a la calumnia, y formó el plan de acabar con la vida del presunto culpable. Le dijo a un maestro de la calera que enviaría un paje para preguntarle si había cumplido sus órdenes, y que esa era la señal con la que lo reconocería: «Lo cogerás -dijo- y lo arrojarás al horno. Ha merecido la muerte por provocar justamente mi indignación».

El día señalado, el paje fue enviado al horno de cal. Tras pasar por una iglesia, entró en ella para adorar el Santísimo Sacramento. Oyó una misa, además de la que había comenzado cuando entró en el lugar santo.

Sin embargo, el rey, impaciente por saber lo que había ocurrido, envió al calumniador a averiguar si sus órdenes se habían cumplido. El dueño del horno, confundiéndolo con el paje del que había hablado el príncipe, lo agarró y lo arrojó al horno, que lo consumió en un instante. El paje de la reina, una vez satisfecha su devoción, siguió su camino, llegó al horno y preguntó si se había cumplido la orden del rey; y como se le dijo afirmativamente, volvió a palacio para dar cuenta de su misión. El rey se asombró singularmente cuando lo vio regresar, en contra de sus expectativas; pero cuando fue informado de los detalles del suceso, adoró el juicio de Dios, hizo justicia a la inocencia del paje y siempre ha respetado la virtud y santidad de la reina.

(Godescard, Vida de sainte Isabel.)

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