Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

La Sagrada Familia en oración

Un buen ejemplo

Una muchacha virtuosa que servía en una casa respetable edificaba a muchos por la prontitud, exactitud y alegría con que obedecía todo lo que se le ordenaba. Un día, mientras barría un apartamento con mucho cuidado, derramó lágrimas. Un médico que pasaba por allí se percató de ello y le dijo: «Estás llorando: ¿qué causa de pena tienes? ¿Alguien te ha dicho o hecho algo que te moleste? – No, señor – contestó ella– haría mal en quejarme; toda la gente de la casa donde estoy me da muestras de amabilidad que no merezco. Te contaré mi secreto, ya que quieres saberlo: una vez asistí a una misión; el misionero al que fui me dio una práctica de piedad que nunca olvidaré; trato de ser fiel a ella, es muy beneficiosa. El misionero al que acudí me dio una práctica de piedad que nunca olvidaré, y trato de ser fiel a ella, pues es muy beneficiosa. Ya ves que estoy barriendo; lo hago lo mejor que puedo para complacer al Señor, cuyo lugar ocupa la persona que me dijo que barriera, y mientras barro me digo a mí mismo, debo tener tanto celo en limpiar mi corazón de las contaminaciones del pecado como en cuidar de que esta habitación esté bien limpia; esto es lo que me hace llorar.» El médico se conmovió hasta las lágrimas, y se edificó mucho al contar lo que había oído.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.