Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Señora del Rosario

El Rosario Viviente

El Rosario viviente o diario no es otra cosa que la reunión de quince personas que comparten los quince misterios del Rosario durante un periodo de tiempo determinado (un mes, una semana, etc.). Cada uno de ellos reza cada día una decena del Rosario en honor del misterio que le ha sido asignado para el período indicado. De esta forma tan sencilla y fácil, el Rosario se reza cada día en su totalidad entre estos quince asociados, que forman un Rosario vivo.

En el siglo XIX, Pauline-Marie Jaricot creó la Cofradía del Rosario o Rosario Viviente en la ciudad de Lyon. Desde entonces, el Rosario Viviente se ha extendido a Francia, Bélgica y otros países, y no sin razón. Porque ¿qué puede ser más útil que esta asociación de oraciones en la que los corazones se unen para honrar a la Reina del Cielo, para meditar en Sus alegrías, Sus penas y Sus glorias, con un método que se adapta a todas las situaciones de la vida? El Rosario viviente refuerza así los lazos de caridad entre los fieles; da mayor fuerza a sus súplicas; les proporciona el medio de profundizar en un misterio meditándolo varias veces. ¿No deberían tantas ventajas animarnos a practicar esta hermosa devoción haciendo partícipes a nuestros familiares y amigos?

 

Como rezar el Rosario

Los 15 Misterios del Rosario y sus historias

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.