Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Señora del Rosario

Cómo encontrar la fe

Un hombre muy honorable a los ojos del mundo, pero desgraciadamente ajeno a toda creencia religiosa, se encontraba un día en una reunión de clérigos. En el curso de la conversación, este hombre tuvo ocasión de decir: «Ojalá tuviera fe, pero no creo, no puedo creer». Uno de los sacerdotes presentes se contentó con responderle con estas sencillas palabras: «Bueno, reza el rosario.» Entonces la conversación pasó a otro tema.

Tres años más tarde, el mismo sacerdote recibió una carta redactada de la siguiente manera: «¿Recuerda Usted, señor Cura, que hace tres años, en medio de una sociedad de eclesiásticos de la que usted era miembro, dije que no creía, expresando al mismo tiempo el pesar de no tener fe? A esto usted respondió: “Bueno, reza el rosario.” Estas palabras: “Reza el rosario”, que al principio me parecieron tan extrañas, permanecieron constantemente presentes en mi memoria. Me obsesionaban. Poco a poco me fui acostumbrando a oírlas resonar en mi corazón. Por fin me parecieron dulces y buenas: rezaba el rosario. Hoy creo, soy feliz y practico con gusto los deberes de la religión. Es a María a quien debo mi conversión.»

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.