Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Niño Jesús, ¡Te amo con todo mi corazón!

Un misionero y el globo terráqueo.

El emperador de Japón llamó al Padre Becker, jefe de la misión, para que se presentara ante él. Becker, jefe de la misión. «Sé sincero», dijo, «¿crees en todo lo que enseñas? También llamé a nuestros sacerdotes, los bonzos, y a esta misma pregunta respondieron que no creían en su doctrina. Así que dime la verdad en confianza, nadie sabrá nada de tu respuesta». Cerca del emperador había un gran y hermoso globo terráqueo. El Padre señaló su tierra natal y dijo al emperador: «Señor, considere en este globo la inmensidad de la distancia que tuve que recorrer sobre el océano para llegar aquí, no con la perspectiva de amasar honores y riquezas, sino con la certeza de encontrar muchas privaciones y sufrimientos. Sólo mi religión y mi convicción de su verdad podrían haberme inspirado para abandonar mi tierra natal y venir a este país a predicar el Evangelio.

– Consideremos también la dedicación de los Hermanos y Hermanas de la Caridad que, durante siglos, se han dedicado a los hospitales, a los pobres, a los huérfanos y a los abandonados. Muchos de ellos llevaron durante años una verdadera vida de martirio. La fe que les aseguraba una recompensa eterna inspiró el heroísmo que les llevó a ponerse al servicio de sus hermanos que sufrían, a pesar de las cruces y las privaciones.

La religión da al hombre valor y energía, especialmente en tiempos de desgracia y muerte.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.