¡Para la preservación del Depósito de la Fe!

¡Para que venga el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene como fin particular la conservación del Depósito de la Fe mediante la enseñanza religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «un baluarte ante la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Oración de León XIII a San José por las necesidades de la Santa Iglesia

San José cumplió a la perfección su papel de padre, protector y proveedor de la Sagrada Familia. Toda su atención estaba constantemente centrada en Jesús. La Iglesia es la continuación de Cristo en la tierra. San José es por lo tanto el Padre, Patrón, Protector de la Santa Iglesia.
Oh, bendito José, recurrimos a ti en nuestra tribulación y, habiendo implorado la ayuda de tu Santísima Esposa, también buscamos confiadamente tu patrocinio. En nombre del afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; en nombre del amor paternal con el que rodeasteis al Niño Jesús, os rogamos que miréis favorablemente la herencia adquirida por Jesucristo al precio de su sangre, y que nos ayudéis con vuestro poder y ayuda en nuestras necesidades. Oh, guardián vigilante de la Sagrada Familia, protege a la privilegiada familia de Jesucristo; Padre amoroso, presérvanos de todo contagio de corrupción y error; protector poderosísimo, ayúdanos y asiste desde el Cielo en nuestra lucha contra el poder de las tinieblas. Y así como en el pasado nos arrebataste al Niño Jesús a riesgo de muerte, defiende hoy a la santa Iglesia de Dios contra las trampas del enemigo y contra toda adversidad, y cúbrenos a todos con tu constante protección, para que, siguiendo tu ejemplo y con tu ayuda, vivamos santos, muramos piadosamente y obtengamos la eterna bienaventuranza en el Cielo! Amén. ¡Oh San José, nuestro guía, protégenos! ¡Protege la santa Iglesia!

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.