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Para pedir los dones del Espíritu Santo
Oh Jesús! que, antes de subir al cielo, habéis prometido a Vuestros apóstoles y discípulos que les enviaríais el Espíritu Santo para confortarlos y fortalecerlos, dignaos enviarnos también a nosotros este Espíritu santificador.
Venid a nosotros, Espíritu de sabiduría, que nos dáis a conocer la verdadera felicidad, y nos dáis los medios para conseguirla.
Venid a nosotros, Espíritu de entendimiento, que nos ayudáis a penetrar, por Vuestra luz divina, las verdades y los misterios de nuestra santa religión.
Venid a nosotros, Espíritu de consejo, que nos ayudáis a discernir, en las ocasiones difíciles, lo que debemos hacer para cumplir la voluntad de Dios.
Venid a nosotros, Espíritu de fortaleza, y atadnos a Dios y a nuestros deberes, para que nada pueda separarnos de ellos.
Venid a nosotros, Espíritu de conocimiento, que sois el único que puede darnos el conocimiento perfecto de Dios y de nosotros mismos. Os pido este conocimiento divino y único necesario, con todo el ardor de mi alma; Os diré sin cesar con San Agustín: «Dios mío, que Os conozca, y que me conozca a mí mismo.»
Venid a nosotros, Espíritu de piedad, que nos hacéis cumplir con alegría y facilidad todo lo que Dios nos manda, y, por la unción del amor divino, haced que encontremos verdaderamente dulce y ligero el yugo del Señor.
Entrad en nosotros, Espíritu del temor del Señor, que nos hacéis evitar, con el mayor cuidado, todo lo que pueda desagradar a nuestro Padre celestial.
Gloria a Vos, Padre eterno, que, con Vuestro Hijo único y el Espíritu Santo, vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.