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Consagración a San Miguel Arcángel
Oh gran Príncipe del Cielo, abanderado de la Cruz redentora, fidelísimo guardián de la Santa Iglesia, yo, …(tu nombre), aunque muy indigno de comparecer ante ti, confiando sin embargo en tu especial bondad, movido por la excelencia de tus admirables oraciones y la multitud de tus beneficios, me presento ante ti, acompañado de mi Ángel custodio. Y en presencia de todos los Ángeles del Cielo, a quienes tomo como testigos de mi devoción hacia ti, te elijo hoy como mi protector, mi especial defensor y mi guía en el camino de la salvación.
Oh tú, que tienes el cuidado de la Iglesia y de las almas, me propongo firmemente que te honres con todo mi poder. Cubre con tu escudo al Vicario de Jesucristo, protege a la santa Iglesia. Que tu poderoso brazo triunfe finalmente sobre Satanás y dé a Dios Todopoderoso, por medio de Su Santísima Madre, una victoria definitiva sobre las fuerzas del infierno. Establece el reino de Dios en la tierra, para que todos los hombres vivan felices en paz y al servicio de Dios.
Ayúdame a lo largo de mi vida, para que nunca ofenda los purísimos ojos de Dios, ni en las obras, ni en las palabras, ni en los pensamientos. Defiéndeme de todas las tentaciones del demonio, y en la hora de la muerte, obtén la paz para mi alma e introdúcela en la patria eterna del Amor Infinito, para glorificar a la adorable Santísima Trinidad. Amén.