La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.
Durante una estancia en Tréveris, Constancio Cloro, padre del gran Constantino, quiso poner a prueba a sus oficiales cristianos. Convocó una reunión de su corte y les ordenó que hicieran sacrificios a los dioses, bajo pena de despido para los que desobedecieran. Sus oficiales cristianos se negaron enérgicamente, a excepción de uno, que participó en los sacrificios, pensando en ganarse así el favor del emperador. Se equivocó extrañamente, pues el emperador le dijo: «Eres un siervo infiel a tu Dios. Ahora bien, si el soberano del cielo no puede confiar en ti, mucho más debe tener tu soberano terrenal razones para desconfiar de ti». Entonces Constancio lo expulsó, mientras alababa y recompensaba a los oficiales que habían mostrado carácter.
El propio mundo desprecia a los que traicionan su religión.
Un joven abogado de una buena familia católica de Ámsterdam había concebido la idea de entrar al servicio del Estado. Así que solicitó una audiencia con el ministro Moddermann (+1904), un protestante profundamente religioso, y le pidió un puesto. El ministro le preguntó, entre otras cosas, de qué religión era. Soy católico –respondió el joven–, pero –añadió, pensando que estaba halagando al ministro– no me importa. – Si es así», respondió el ministro, «no tengo ningún cargo que darle, pues un hombre que no se atiene a su religión no puede ser un devoto servidor del Estado.»
El joven, por su cobardía, había roto su carrera; pues los hombres de carácter desprecian a los que son judas para su religión.
LOCALIZACIÓN:
290 7e rang Mont-Tremblant QC J8E 1Y4
CP 4478 Mont-Tremblant QC J8E 1A1 Canada
(819) 688-5225
(819) 688-6548
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.
Oración preparatoria
¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.
Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.
WordPress multillingüe con WPML