Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Sagrada Familia

La caza imperial.

En una de las cacerías imperiales había un ciervo de extraordinario tamaño. Una cadena con una placa alrededor de su cuello con las palabras: «No me maten: soy propiedad del emperador», y ningún cazador se habría atrevido a matar a este animal.

Cuando el cristiano se persigna con la cruz, es como si pusiera sobre él la inscripción: «No me toques, soy de Cristo», y ningún demonio podrá quitarnos la vida de la gracia sin nuestro consentimiento.

El demonio expulsado por San Antonio el Ermitaño.

San Antonio, el ermitaño, estuvo en su desierto expuesto a terribles tentaciones del demonio, como lo estuvo Nuestro Señor mismo al final de sus cuarenta días de juventud en el desierto. El demonio se le apareció al Santo unas veces en forma de serpiente, otras en forma de bestia feroz: pero en cada aparición San Antonio hacía la señal de la cruz, y Satanás huía inmediatamente. Por eso aconsejaba a sus discípulos que se persignaran en cuanto surgiera una tentación.

Como el perro teme el látigo con el que ha sido castigado, así el demonio se aterroriza ante la imagen de la Cruz con la que ha sido derrotado.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.