Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Sagrada Familia - Jesús María José

El leñador en el cielo.

Un leñador estaba al servicio de un príncipe. Mientras trabajaba, maldijo a Adán y a Eva por haber quebrantado un mandamiento tan fácil y haber causado así la miseria de la raza humana. «Si no hubiera sido por su estupidez, yo y mi esposa no habríamos sido tan tontos.» El príncipe lo oyó y le dijo: «Bueno, vamos a ver, a partir de ahora os trataré a ti y a tu mujer como príncipes: seréis casi tan felices como lo fueron Adán y Eva en el paraíso. Pero llegará el momento de la prueba». La feliz pareja se instaló en una hermosa casa, cenó diariamente con el príncipe; en una palabra, no conoció más preocupaciones ni miserias. Llegó el día del juicio. Un día de fiesta el príncipe hizo servir una rica cena, y después del postre se trajo un plato cubierto. «Pueden probar toda la comida», dijo, «excepto el plato cubierto. Si no obedecen su felicidad está arruinada». Con eso se fue. A ambos cónyuges les hubiera gustado saber qué contenía el misterioso plato. Al final, la curiosidad se impuso. La mujer levantó la tapa del plato y salió volando un pajarito. Poco después, el príncipe regresó y los echó de su palacio.

El señor feudal.

El emperador concedía a los señores un gran patrimonio a condición de que fueran vasallos leales. Si el vasallo desobedecía a su soberano, éste recuperaba el feudo y lo castigaba con el exilio. Los hijos del señor infiel estaban condenados a la miseria por culpa de su padre. Ya no podían heredar el patrimonio que había tenido su padre. Su padre sólo les transmitió pobreza y deshonra.

Lo mismo ocurre con nosotros. Nuestros primeros padres perdieron sus privilegios sobrenaturales, así que ya no los tenemos. Además, estaban debilitados en alma y cuerpo: nos transmitieron esta debilidad. Lo que es incomprensible para nosotros es que también heredamos su pecado: es un misterio impenetrable de nuestra fe.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.