Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

San José

Protección de San José.

Un terrateniente estaba haciendo cavar sótanos bajo su casa. Los albañiles habían afirmado que el suelo era lo suficientemente fuerte como para soportar la pared medianera existente, y habían descuidado las precauciones más básicas para apuntalarla. Un sábado por la noche, justo cuando estaban a punto de marcharse, el sótano comenzó a derrumbarse en la zanja, y luego se desplomó, haciendo que la pared medianera y la galera se derrumbaran con un espantoso estruendo en los sótanos excavados. El edificio quedó suspendido en el aire; la casa, sobrecargada con un peso de unos 30.000 kilos, empezaba a resquebrajarse. La noche había caído; una gran multitud, atraída por el ruido del derrumbe, rodeó la casa y esperó ansiosamente las terribles consecuencias que inevitablemente se producirían.

Sólo había una forma de salvación: ¡era recurrir a la misericordia divina para obtener un milagro! Se instó a San José, a la Santísima Virgen y a San Benito; una persona arrojó la medalla de San José al abismo. Los propietarios prometieron que, si la casa no se derrumbaba, lo atribuirían a la evidente protección del Santo cuyo nombre llevan, y que darían a conocer el milagro en todas partes.

Sin embargo, el movimiento y el agrietamiento del techo indicaban, de forma notoria y siniestra, que el derrumbe era inminente, cuando cinco valientes, encontrados a tiempo, llegaron enseguida. A riesgo de sus vidas, penetraron en las profundidades del sótano y procedieron a apuntalar el techo, con la ayuda de linternas, y colocando los puntales sobre los escombros formados por piedras, vigas rotas, tablones y muebles amontonados allí en un revoltijo.

El buen Dios les dio el valor, apenas concebible, de permanecer en esta posición crítica, bajo un peligro cierto e inevitable, que iba a alcanzarles invenciblemente y de forma repentina. Pero la casa, gracias a los santos protectores invocados, pudo sostenerse a tiempo: se mantuvo en pie, y tras seis semanas de desbroce y trabajo, nuevos muros sustituyeron a los puntales, y hoy todo está a salvo; a nadie le ocurrió ningún accidente, y por ello todos agradecemos profundamente al buen Dios y a nuestros grandes Santos.

Todos los testigos de esta catástrofe atribuyeron unánimemente a un milagro este retraso, que permitió a los hombres de valor convertirse en auxiliares manifiestos del poder de Dios.

En los peligros, en las contradicciones, pongamos toda nuestra confianza en Dios, pues Él es el Maestro de todo; al mismo tiempo, hagamos todos los esfuerzos como si el éxito dependiera únicamente de nosotros. Ayúdate a ti mismo y el cielo te ayudará, como dice el refrán.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.