Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Notre Dame du Laus

¿Para qué sirve rezar el Rosario?

Por medio del Rosario, el alma da testimonio de su amor a Jesús, repara a la santa humanidad por los ultrajes de la herejía y agradece ardientemente a la Santísima Trinidad los beneficios de la Encarnación y la Redención. Esta devoción ha sido sancionada por la Iglesia, por las indulgencias, por los milagros, por las conversiones y, finalmente, por la práctica de los Santos. Véase también todo lo que contiene el método de rezo del Rosario. En primer lugar, debemos imaginar el misterio que nos proponemos honrar, e incluir siempre a la Virgen en el cuadro que nos dibujamos; porque el Rosario es una prerrogativa de Ella. A cada misterio debemos asociar algún deber o virtud, y pedir a la Virgen María la gracia de practicarlo bien.

«Consolaos, almas elegidas, consolaos y alegraos. Cuando no hagas otra devoción que rezar tu Rosario día y noche, te santificarás. Rezar el Rosario es hacer lo que Jesús hizo la mejor parte de Su vida. Cuando rezo mi Rosario, digo: Ave María; ¿y no La saludó Jesús por la mañana, por la tarde, pasando junto a Ella, dándole los buenos días? Cuando rezo mi Rosario, llamo a María llena de gracia; y Jesús La llenó de gracia. Le digo: El Señor es contigo; y Jesús, que es el Señor, estuvo siempre con Ella. Y Le digo: Bendita Tú eres entre las mujeres; y Jesús La colmó de bendiciones entre todas las criaturas. Así que estaba haciendo lo que decimos cuando rezamos el Ave María».

(Padre Le Jeune)

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.