Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

Filter by Categories
Liturgia-es
Oración
Evangelio-Lecturas
Reflexiones
Historia

Una historia para cada día...

Corazon Eucaristico de Jesus

Cuanto honorable es servir a la Santa Misa.

Hoy en día, este oficio es desempeñado por niños, por gente sencilla, mientras que incluso las cabezas coronadas no serían dignas de tal honor. – San Buenaventura dice que servir a la misa es un ministerio angélico, porque muchos ángeles, al asistir al Santo Sacrificio, sirven a Dios durante la celebración de este augusto misterio. – Santa Mechtilde vio brillar el alma de un hermano laico, porque había tenido la devoción durante su vida de servir todas las misas que pudo. – Y Santo Tomás de Aquino, esa luz de las escuelas, no apreciaba menos la felicidad de quien sirve al sacerdote en el altar, ya que, después de celebrar, no deseaba otra cosa que servir una segunda misa.

Santo Tomás Moro, el gran canciller de Inglaterra, nunca dejó de asistir a misa a pesar de sus múltiples ocupaciones. Un día, durante la misa, un delegado del rey reclamó su presencia para un asunto importante, el canciller respondió:«¡Pero un poco de paciencia! Primero debo presentar mis respetos a un soberano aún más alto: debo asistir a la audiencia del cielo hasta el final.» – No creía que estuviera por debajo de su dignidad servir a la misa; pues a quienes se lo reprochaban, con el pretexto de que desatendía el decoro de su cargo, les respondió: «Me hace un verdadero honor poder prestar este débil servicio al más grande de los soberanos.»

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.