Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

La Sagrada Familia en oración

Oro de la paciencia

Un rey tenía en prisión a dos de sus súbditos, cada uno de los cuales le debía una gran suma de dinero. Al ver que no podían pagar sus deudas porque no tenían nada, se dirigió a la prisión y les arrojó a la cabeza a cada uno una bolsa llena de oro. El golpe que recibieron les hizo sufrir mucho, pero no se comportaron de la misma manera. Uno de ellos se enfureció por haber sido golpeado de esta manera, y como muestra de su desagrado, no hizo uso de la bolsa; pero el otro, siendo más sensato, tomó la bolsa que se le había arrojado, dio gracias al rey, y utilizó el dinero que había en ella para pagar lo que le debía, y por este medio se libró de la prisión. «Estamos en el caso de estos presos, dijo un Santo. Todos hemos contraído grandes deudas con Dios, ya sea por tantos beneficios con los que hemos sido bendecidos, o por tantos pecados de los que hemos sido culpables. Compadecido de nuestra condición, nos envía el oro de la paciencia en la bolsa de las tribulaciones; los que soportan las tribulaciones con paciencia satisfacen a Dios con este oro inapreciable, y se convierten en Sus amigos, mientras que los que murmuran y se impacientan, en lugar de agradecer al Señor, no hacen más que aumentar sus deudas y convertirse cada vez más en Sus enemigos.»

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.