Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

La Sagrada Familia en oración

Entrega a Dios nuestro Padre

San Vicente de Paúl enseña: «¿No veis que los pájaros no siembran ni cosechan? Sin embargo, Dios les pone una mesa en todas partes; les da ropa y comida. Incluso extiende Su Providencia a las hierbas del campo, incluso a los lirios, que tienen adornos tan magníficos que Salomón en toda su gloria no tenía ninguno como ellos. Ahora bien, si Dios provee a las aves y a las plantas de esta manera, ¿por qué no confiar en un Dios que es tan bueno y tan pródigo en Sus bienes? ¿Confiaréis en vosotros mismos en lugar de en Él? Y, sin embargo, sabéis que Él puede hacer todas las cosas, y que vosotros no podéis hacer nada; y, sin embargo, os atrevéis a confiar más en vuestra industria que en Su bondad, en vuestra pobreza que en Su abundancia. Oh, miseria del hombre!…»

«Libera tu mente de todo lo que te aflige; Dios Se encargará de ello. No puedes preocuparte demasiado sin alterar, por así decirlo, el Corazón de Dios, porque Él ve que no Le honras lo suficiente con una santa confianza. Confía en Él, te lo ruego, y tendrás el cumplimiento de lo que tu corazón desea. Te repito, rechaza todos esos pensamientos de desconfianza que a veces dejas entrever en tu mente. ¿Y por qué no ha de estar tu alma llena de confianza, ya que es hija querida de Nuestro Señor, por Su misericordia?… ¡Oh, qué grandes tesoros hay escondidos en la santa Providencia! y ¡qué soberanamente honran a Nuestro Señor los que la siguen y no la pisan!»

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.